El sindicalismo y los movimientos sociales juegan sus fichas en la interna peronista

Los candidatos presidenciales de la oposición reciben el apoyo de gremios y dirigentes piqueteros. Sin embargo, sin las apuestas cerradas, las actuales alianzas pueden cambiar.

Como fichas en la ruleta, los sindicalistas ya empezaron a distribuir apoyos electorales en un juego que aún está lejos del “no va más”. En este año electoral, la “columna vertebral” del justicialismo apuesta por un gran protagonismo en un contexto donde el peronismo no tiene las principales cajas políticas del país (Provincia de Buenos Aires y Nación). Los aspirantes a la Presidencia saben que este sector será un aliado clave, pero también son conscientes de que la proximidad con el gremialismo puede tener efectos adversos en amplios sectores del electorado.

Esta contradicción quedó en evidencia esta semana durante el encuentro que compartieron gremialistas del transporte con el economista Roberto Lavagna el jueves. Este sector, sumó tempranamente apoyos a su postulación y el secretario de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), Juan Carlos Schmid, se cuenta entre los sindicalistas que más reuniones ha tenido con el ex ministro.

Pablo Moyano le reclama a la CGT que anuncie un paro nacional para abril

Pero algunas posiciones del candidato –aún no confirmado– motivaron los primeros roces. Lavagna valoró la creación de empleo y el aumento de los vuelos que trajo el modelo más flexible de las low cost, avisó que prefería dedicar los millones que hoy van a Aerolíneas a la ciencia y sugirió la necesidad de bajar los costos logísticos con innovaciones como los bitrenes. Todo esto motivó críticas de Juan Pablo Brey, secretario de Aeronavegantes, y de Omar Pérez, de Camioneros.

Más firme es el apoyo de Luis Barrionuevo y de los denominados independientes, Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Aguas). Pero estos nombre muestran que el sindicalismo puede mover fichas: Barrionuevo era hasta hace poco uno de los principales impulsores de Sergio Massa, quien hoy quedó más relegado en la ruleta electoral del sindicalismo.

Cristina Kirchner parece la candidata que mejor sabe mantener en orden sus fichas, por su alianza con el núcleo duro de la Corriente Sindical y la fuerte incorporación de gremialistas a las listas de Unidad Ciudadana en la última elección. Sin embargo, también conoció algunos cuestionamientos. Pablo Moyano realizó declaraciones públicas donde reclamó que confirme su candidatura. El moyanismo ha sido clave para tender un puente con el massismo, tal como esta semana se pudo ver en Twitter.

En el caso de muchos gremialistas de peso, la apuesta por ahora no es poner su ficha a un candidato, sino hacer fuerza por la unidad. Es el caso por ejemplo de Héctor Daer, cosecretario de la CGT, quien tendió puentes entre Alternativa Federal y el kirchnerismo, además de dar gestos de acercamiento a sectores sindicales kirchneristas. Llegó, incluso, a compartir un palco con Pablo Moyano en pos de la unidad. Otro grupo de gremios importantes, que incluye a la UOM, Luz y Fuerza, y Unión Ferroviaria está realizando reuniones con todos los candidatos en busca de la mentada unidad.

En el mundo de las organizaciones sociales, la mayoría de los integrantes del Triunvirato de San Cayetano optó por la candidatura de Felipe Solá y preparan para el próximo mes un gran acto de apoyo. Aunque esto motivó también roces. Por un lado, Juan Grabois, con el sostén del Movimiento Patria Grande, decidió jugar de lleno en favor de Cristina. Por el otro, algunos aliados del Triunvirato en las protestas callejeras, como el Frente Darío Santillán y el Frente de Organizaciones en Lucha, resisten el acercamiento a Solá porque lo responsabilizan por el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.

Comentá la nota