Los empleados de comercios se encuentran indignados por las noticias que se lanzan desde el sindicato que los agrupa. Esta semana el gremio informó que la paritaria 2018 se terminará de cobrar en marzo del 2019 con un aumento que indica que el ente “defensor” de los trabajadores de miles de locales comerciales habría logrado el 45 por ciento de suba para salarios que aún no han alcanzado siquiera el 20 en la actualidad.

Según el ente gremial se consiguió un nuevo convenio con la cámara empresarial que combinó un incremento salarial del 7 por ciento en enero y febrero y del 6 en marzo del próximo año. Esto se suma al primer 15 por ciento dividido a lo largo de este año y a la siguiente suba que debió darse en este pasado mes que era del 10 por ciento (correspondiente al haber de octubre) y se adelantó de la división prevista entre diciembre y enero (es decir que correspondía a los sueldos de noviembre y diciembre).

Sin embargo, muchos trabajadores se han quejado a REALPOLITIK hace semanas por la inacción del sindicato ante la imposibilidad de muchos comercios que decidieron no dar el 10 por ciento de noviembre, sonando el nuevo 20 por ciento un chiste e incluso ofuscando aún más a los empleados que se encuentran indignados y desamparados por un ente que les cobra la respectiva cuota de pertenencia, pero se mantiene estático de reclamos ante el incumplimiento de los dueños de comercios.

La idea del gremio comandado por Armando Cavalieri era demostrar que el Sindicato de Empleados de Comercio había logrado empatar los salarios de sus asociados con la inflación anual del 2018 que se acercaría el 45 por ciento y se encuentra totalmente lejana de la proyectada en el presupuesto que había sido del 10 y luego se modificó al 15 en una recordada conferencia de prensa que tuvo como protagonistas a Marcos Peña, Nicolás Dujovne y al ya renunciado Federico Sturzenegger.

Desde este aspecto, el anuncio del empate inflacionario es una mentira que fue sentenciada por varios trabajadores que continúan con sueldos extremadamente bajos, con mitad de jornada blanqueada en la mayoría de casos e incluso con horas extras que se pagan por debajo de las horas que se abonan en blanco. En este contexto, los empleados de comercio se encuentran encerrados en un círculo vicioso que se retroalimenta entre anuncios cínicos del sindicato que luego no son denunciados cuando no se cumplen por parte del mismo.