Slim, Magnetto y Martínez: La disputa por las comunicaciones que pone incómodo a Alberto Fernández

Slim, Magnetto y Martínez: La disputa por las comunicaciones que pone incómodo a Alberto Fernández

Durante su visita a México, Alberto Fernández aprovechó para reunirse con poderosos empresarios, tratando de conseguir nuevas inversiones para trocar la estructura especulativa de la economía que diseñó la gestión de Macri en una matriz productiva, a fin de viabilizar el retardado crecimiento nacional.

En su reunión con Alberto Fernández, el multimillonario Carlos Slim expresó con claridad cuáles eran sus intereses. El principal está relacionado con la expansión de su filial local de Claro, condicionada actualmente por los privilegios asignados al Grupo Clarín. Alberto Fernández coincidió en que el mercado de las telecomunicaciones nacional está demasiado concentrado, aunque se limitó, por ahora, a tomar nota de las demandas para definir sus políticas sobre el sector.

Recordemos que, años atrás, Clarín adquirió la empresa de telefonía Nextel, cuyo espectro luego se reconvirtió al segmento de telefonía móvil. Más adelante se fusionaría con Telecom, cuyo titular es el financiero de Monterrey, David Martínez, que también estuvo en contacto con el presidente electo argentino durante su visita. Finalmente, el proceso de concentración mediática del grupo liderado por Héctor Magnetto ocupó la primera plana cuando el empresario Daniel Vila -Grupo América-, denunció que Mauricio Macri lo forzó a vender su espectro para entregárselo a Clarín, en cumplimiento de los compromisos preelectorales que había asumido, para conseguir el respaldo del multimedia. Esta cuestión actualmente se encuentra en estado de investigación judicial. 

En opinión de los abogados de Slim, el Grupo Clarín excedería los límites de espectro establecidos en la normativa vigente y debería desprenderse de amplios segmentos para adaptarse a las disposiciones legales. El fondo de la cuestión son las cuotas de espectro para telefonía celular, un recurso limitado, por lo que si Clarín no resigna posiciones, Claro no podrá expandirse. 

La confrontación entre los intereses de Slim, por un lado, y el Grupo Clarín -del cual su compatriota y archirrival Martínez es accionista-, colocan a Alberto Fernández en una especie de fuego cruzado. Por un lado es pública su cercanía con Héctor Magnetto. Por otra, la desconcentración del espectro de las comunicaciones redundaría en nuevas inversiones, un abaratamiento de los servicios y un debilitamiento del poder de fuego del Grupo Clarín.  

En la actualidad, no le va mal a Slim en sus negocios argentinos a través de Claro, una empresa que cuenta con 25 millones de usuarios y el año pasado facturó casi 500 millones de dólares. Pero el multimillonario cree que podría incrementarlos considerablemente, a través de dos nuevos emprendimientos que resultarían sumamente rentables: la televisión satelital –monopolizada por Direct TV (AT&T)- y las futuras licitaciones de 5G.

Tanto Slim como Martínez tienen buenas relaciones con Cristina Kirchner, lo que aún complejiza más la resolución de la competencia entre ambos.

Alberto Fernández regresó de México con nuevas expectativas de inversiones, pero también con el convencimiento de que tendrá que arbitrar en una competencia que afecta a poderosos intereses, tanto económicos como políticos.

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