El sobrepeso infantil, una epidemia que no da tregua en nuestra región

El sobrepeso infantil, una epidemia que no da tregua en nuestra región

En el país, el 9,9% de los menores de cinco años se encuentra por encima de su peso saludable. A nivel local, los expertos hablan de una problemática que crece.

A poco de que un nuevo estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelara que el número de niños y adolescentes obesos se multiplicó por 10 en las últimas cuatro décadas, un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) difundido esta semana advirtió que la Argentina tiene la segunda tasa más alta de sobrepeso infantil de América Latina y el Caribe, una problemática que, al decir de los nutricionistas locales, tiene un correlato visible y preocupante en nuestra región, donde el número de chicos de entre 5 y 19 años con problemas de peso no para de crecer.

Los datos del organismo internacional entran en sintonía con los que maneja el Ministerio de Salud de la Nación, cuyas cifras revelan que el 30% de los niños y niñas de edad escolar (de 13 a 15 años) tiene sobrepeso y el 6%, obesidad. En la misma estadística se aclara que el 50% consume dos o más bebidas azucaradas por día y que sólo un 17,6% consume cinco porciones diarias de frutas y verduras.

“La malnutrición es un tema social que obviamente afecta a los chicos más pobres -apunta la médica nutricionista Valeria Maspola-, pero en el país y en nuestra región se detecta que hay una falta de conciencia y de información que termina influyendo sobre las clases medias y altas, y generando nenes obesos que serán los hipertensos de mañana”.

Lo que dice la especialista se confirma en los números: a medida que aumenta la edad, según Unicef, en nuestro país la obesidad muestra mayor prevalencia entre los niños de 11 a 17 años de hogares más pobres: tienen 31% más de probabilidad de ser obesos que los de hogares más aventajados en la escala social. “Esto se debe al mayor consumo de macronutrientes y calorías vacías pero también al avance de un estilo de vida donde el sedentarismo parecería ser la moneda frecuente”, explica Maspola.

Lo que dice la nutricionista coincide con el diagnóstica general que trazan otros expertos en la materia cuando se los consulta por el tema. Norberto Russo, por caso, nutricionista platense y quien desde hace tiempo viene luchando contra la problemática, asegura que detrás del drama de la obesidad infantil “se advierte un gran descontrol a nivel familiar. Como ahora son muchas las madres que trabajan fuera de su casa y no siempre son ellas las que cocinan, no sólo no saben lo que sus chicos comen, sino que tampoco saben lo que se compran para comer. En La Plata el problema lo vemos en la consulta cotidiana: cada vez son más los chicos que presentan tempranos problemas de obesidad”.

Como se dijo, parte del crecimiento de esta problemática se debe en buena medida al avance que han tenido en los últimos años las gaseosas y bebidas azucaradas en la dieta de los argentinos. Argentina, de hecho, tiene un promedio de 137 litros por persona por año, lo que hace de el país uno de los principales consumidores a nivel mundial.

De acuerdo a datos oficiales, en los hogares del país se incrementó el consumo aparente de gaseosas y jugos en un 70% en los últimos 20 años.

UN TUIT DE ADVERTENCIA

Si bien hace tiempo que los nutricionistas y médicos locales vienen advirtiendo sobre la escalada del problema, fue un tuit de la OPS el que, al menos en las últimas horas, volvió a llamar la atención sobre un fenómeno que parece no tener solución.

“Argentina tiene la segunda tasa más alta de sobrepeso en menores de 5 años de América Latina y el Caribe con un 9,9%. Es importante que consumamos alimentos saludables”, publicó esta semana el organismo regional, junto a un gráfico que muestra cómo las cifras se incrementaron en los últimos años.

Para quienes siguen el tema de cerca y alertan sobre su evolución a nivel global, en los últimos cuatro decenios las tasas de obesidad en la población infantil y adolescente crecieron en todo el mundo y continúan haciéndolo en los países de ingresos medianos y bajos.

Para Maspola, los informes y las mediciones que dan cuenta del crecimiento de la obesidad en la población infantil “reflejan de algún modo el impacto de las políticas y la comercialización de alimentos en todo el mundo, que han hecho que los alimentos saludables y nutritivos sean demasiado caros para las familias”.

Además, la experta aseguró que si la tendencia actual no varía “toda una generación de niños y adolescentes crecerá con la carga de la obesidad y un riesgo más elevado de sufrir enfermedades como la diabetes”.

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