La "paz social" de Vaca Muerta

Guillermo Pereyra, líder del sindicato petrolero y referente fuerte dentro del esquema de poder del MPN, es un gran equilibrista en las alturas que suelen marear a cualquier político que afronta los conflictos a gran escala. 

En menos de una semana, pasó de estar en un lado incómodo por la muerte de dos trabajadores de Pecom a liderar una embestida a favor de la seguridad en los yacimientos, donde en cada paso suma al archivo de las arcas sindicales. Una de ellas fue el acuerdo económico que llegó con las cámaras que manejan las empresas petroleras (la CEPH y la CEOP) para capacitar a los empleados en materia de seguridad. El 3 de mayo, luego de cerrar la paritaria de este año, Pereyra, junto con los demás sindicatos petroleros del país, acordaron recibir 7125 pesos por cada trabajador durante siete meses, en cuotas de 1025 pesos. El pago será una suerte de “contribución extraordinaria” de las petroleras al gremio, que en todo ese período habrá recibido unos 165 millones de pesos, es decir, 3,5 millones de dólares. De acuerdo al acta firmada por los sindicatos y las cámaras empresariales, esa suma solo será girada “siempre que las entidades sindicales mantengan la paz social a todos los efectos y cumplan los mecanismo de resolución de conflictos establecidos en los convenios colectivos correspondientes”. Unos días después de ese acuerdo, las cosas se pusieron cuesta arriba. Las dos muertes tensaron un poco la cuerda y hasta Pereyra tuvo que endurecer las medidas que terminaron con un “paro” sin alterar la producción. El tema sigue y la vara del líder sindical es alta en el diálogo con las petroleras. Un manejo delicado que requiere dar respuestas y no romper relaciones.

El sindicato petrolero recibirá millones de pesos de las operadoras para capacitar personal en seguridad.

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