La tasa por las nubes, el dólar por el piso

La tasa por las nubes, el dólar por el piso

El presidente del Banco Central República Argentina (BCRA) decidió salir a combatir la inflación con su única y poderosa herramienta que es la tasa de interés. Para ello elevo la tasa de corto plazo al 28,75% anual, y la tasa de las lebac cotizan rozando el 30% anual.

El motivo de la suba de tasas está ligado a aumentos en los combustibles, y los incrementos en tarifas públicas que van a operar en los meses de noviembre y diciembre. 

La meta de inflación que se ubicaba en el 17% anual para el año 2017 no se podrá cumplir, y la inflación se ubicaría en el 23% anual. La media de los analistas de mercado viene subiendo la expectativa de inflación durante los últimos 12 meses, y el ente monetario no presto atención a tal advertencia. 

Para el año 2018 el BCRA estima que la inflación será del 10% anual con una variación de + - 2% anual. Esto indica que podría ubicarse en el 12% anual en el techo de la banda planeada. La media de los analistas de mercado hace un año atrás presagiaban una inflación del 14% anual para el año 2018, pero en la actualidad dicho pronóstico se eleva al 16% anual. La brecha entre el mercado y el Banco central es muy elevada. 

Ante la evidencia empírica de la media de los analistas de mercado y la realidad económica, el BCRA en lugar de modificar las metas, sigue planteando una baja en la inflación que no es posible cumplir, y para ello presiona con la suba de tasas a niveles estrafalarios. 

No conforme con esta medida, procedió a eliminar los créditos productivos que las entidades financieras otorgaban a tasas del 17% anual, esta financiación que es vital para las pequeñas y medianas empresas será desplazada del mercado gradualmente hasta quedar totalmente eliminada a finales del año 2018. Esto implica que las Pymes deberán financiarse con capital propio, pagar tasas no menores al 36% anual, buscar financiamiento en el mercado de capitales, asociarse con un socio capitalista o vender la empresa. 

Daria la impresión que no hay ideas nuevas para poder bajar una inflación que se ubica en torno del 23% anual y tiene carácter estructural. Los incrementos de tarifas públicas de fin de año 2017 y principios del año 2018 se trasladarán a costo, al igual que la suba de impuestos internos establecida por el ministerio de economía en la reforma tributaria que pretende llevar adelante.  

El proyecto de presupuesto del año 2018 nos indica que las necesidades financieras ascienden a U$S 115.751 millones, de las cuales U$S 62.671 millones serán refinanciadas, y restaría salir a buscar al mercado la friolera de U$S 53.080 millones para todo el año 2018. Esta suma representa el 8,6% del PBI, que el Estado lo calcula en U$S 618.670 millones para el año 2018. 

Las necesidades financieras del año 2018 son similares al total de las reservas que tiene el Banco Central República Argentina. Pero el ente monetario es un capitulo en sí mismo, porque el stock de lebac estimado para fines del año 2018 rondaría 1,7 billones de pesos que equivalen a U$S 89.474 millones que representa el 14,5% del PBI. 

Entre las necesidades de financiamiento del estado Nacional y los vencimientos de lebac el total de dinero a capturar en el mercado rondaría los U$S 142.554 millones que representa el 23,1% del PBI. 

El gobierno de todo esto solo informa públicamente que el país paga de intereses U$S 11.000 millones que representa el 2% del PBI, sin mencionar que este monto de intereses representa el 10% de todos los ingresos fiscales del Estado. Por otro lado, los gastos de capital del tesoro nacional son de apenas U$S 12.400 millones, casi el mismo monto del interés que pagamos de la deuda pública. 

Conclusión

El financiamiento del déficit fiscal 2018 (U$S 33.944 millones según datos oficiales), la amortización de deuda, los intereses pagados y la renovación del stock de lebac nos deja como resultado una suma U$S 142,554 millones que asusta al más valiente de los hombres de mercado. Esto nos deja un gran interrogante para el año 2018 y la posibilidad de financiarlo. 

El BCRA solo recurre a la suba de tasas como herramienta para bajar la inflación, si en los meses sucesivos la inflación se convierte en crónica habrá que prepararse para tasas superiores al 30% anual. En ese caso, a ponerse el casco, porque la economía no resiste otro apretón financiero, llega el fin de año, la política dirá presente y el presidente del BCRA deberá bajar la tasa. Estas idas y vueltas entre el fundamentalismo monetario y el pragmatismo de la política, son lo que no permiten bajar la inflación estructural del 23% anual. 

En este escenario las acciones y los bonos perderán brillo, el único negocio es la bicicleta financiera, a pedalear con lebac del 30% anual y tipo de cambio fijo, la producción parece no importar.

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