Teletrabajo: guiño sindical a Congreso oficialista tras bloqueos durante macrismo

Teletrabajo: guiño sindical a Congreso oficialista tras bloqueos durante macrismo

Los gremios quieren dejar atrás las idas y vueltas que tuvieron con el gobierno anterior, cuando impidieron avanzar con el blanqueo laboral y la creación de la Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salud (AGNET), que buscaba minimizar el boom de juicios a obras sociales.

Después de años de idas y vueltas en la relación gremialismo-macrismo, que sólo dejó como saldo bloqueos a iniciativas de fondo, las centrales sindicales buscan dar señales para descomprimir la lejanía con el Congreso -ahora de oficialismo kirchnerista- e intentarán empujar, junto a legisladores del Frente de Todos y de la oposición, regulaciones al denominado “teletrabajo”, tema adelantado por Ámbito días atrás.

Diputados y senadores de distintas fuerzas tienen presentados proyectos y apuntarán a un dictamen de consenso que no quede en la nebulosa, como el despacho firmado semanas atrás en la Cámara baja sobre la nueva ley de economía del conocimiento. La mira sobre esta cuestión apunta hacia internas en Casa Rosada y la orden de avanzar -casi una potestad del cristinismo a esta altura del año- aún no llegó.

La reunión informativa que realizará mañana la comisión de Legislación del Trabajo de Diputados será el puntapié inicial para el teletrabajo. Para la videoconferencia fueron invitadas entidades sindicales como la CGT y las CTA. Un día más tarde habrá un nuevo encuentro junto al ministro de Trabajo, Claudio Moroni. También participará el titular de la comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara alta, el oficialista pampeano Daniel Lovera, de extracción gremial.

El objetivo de los sindicatos es una regulación de tipo voluntaria a favor del trabajador, con posibilidad de vuelta atrás. Además, se apunta a condiciones en equipamiento o tecnología a cargo del empleador. Se verá hasta qué punto habrá margen para exigir inversiones en medio de la pandemia y productividad más que golpeada, a pesar de intentos oficialistas para relatar una “nueva normalidad”, con distritos menos cerrados que la región del AMBA, pero economías que dependen de la recaudación -y festín emisor- nacional.

“Proponemos que los teletrabajadores/as gocen de todos los derechos y obligaciones consagradas en la Ley 20.744 de Contrato de Trabajo y en sus respectivos Convenios Colectivos para los trabajadores/as en relación de dependencia”, explicó días atrás el diputado radical Luis Petri, quien tiene una iniciativa presentada sobre el tema. Otra legisladora de la UCR con texto impulsado, Dolores Martínez, apuntó a los “términos de remuneración, capacitación, formación, acceso a mejores oportunidades de trabajo, representación sindical y otros derechos laborales consagrados”.

Desde un despacho importante del Congreso comentaron anoche a este diario: “El teletrabajo llegó para quedarse. Aún no sabemos si como una rutina estricta, pero sí para algunos días y actividades. La idea es regular condiciones mínimas que generen un ambiente que respete los derechos del trabajador, sin que termine convirtiéndose en una barrera al empleador por condiciones que sean una carga más en este momento delicado”. Hace más de un año atrás, la agenda del Congreso y la CGT giraba en torno del proyecto de blanqueo laboral y la creación de la Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salud (AGNET), que quería moderar la viabilidad e incorporación de estudios, procedimientos y medicamentos al Programa Médico Obligatorio. El objetivo final de la última ley era minimizar el boom de juicios a obras sociales, que pone en jaque el sistema sanitario público y privado. Ambos textos se dinamitaron tras la mirada hacia un costado de gremios, del peronismo hoy kirchnerista y del cristinismo. El Gobierno macrista, mientras tanto, mantenía infructuosas pujas con los sindicatos y agregaba insólitas internas entre los entonces ministros Dante Sica (Producción y Trabajo), Nicolás Dujovne y la exdiputada de la Coalición Cívica Elisa Carrió por el control de precios.

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