Es que el temporal que el fin de semana pasado afectó a amplias zonas del conurbano reavivó el debate sobre la responsabilidad frente a las inundaciones y mientras que desde el Ejecutivo provincial culparon a los intendentes por no avanzar con el saneamiento de desagües y arroyos, desde las comunas peronistas apuntaron contra la falta de inversión de la Provincia.

El problema para Vidal es que no solo se inundaron distritos gobernados por el peronismo, sino que hubo también afectados en Quilmes y La Plata, dos de los municipios en los que Cambiemos dio el batacazo en 2015 y ratificó su victoria con un nuevo triunfo en 2017, por lo que no se puede acusar ni a Martiniano Molina, ni a Julio Garro de no haber mantenido una buena relación con el gobierno central.

Pero fue la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, quien encendió la mecha después del desborde del Río Matanza al remarcar que "los municipios no tienen facultad para realizar esas obras por imperio de las leyes que así lo indican, porque la cuenca atraviesa varias jurisdicciones y numerosos distritos, por lo cual tiene una autoridad nacional y provincial encargadas de las obras hidráulicas”.

En ese sentido, el gobierno matancero resaltó que “la situación, que continúa siendo complicada, es producto de las abruptas inclemencias climáticas (llovieron más de 280 milímetros en pocas horas) y se ve agravada por la falta de continuación de obras hídricas que el gobierno provincial y nacional debían haber realizado”.

La respuesta del gobierno no se hizo esperar luego de que Magario reclamara la restitución de los recursos que se utilizaron para asistir a los inundados y fue la propia gobernadora la que indicó que "es la primera vez que un intendente me pide que le restituya los gastos para asistir a las personas damnificadas", para luego aclarar que "para nosotros, ayudar a las personas no es gasto así que seguramente nuestra respuesta será positiva”.

Mientras tanto, en las redes sociales se juega una batalla en parte con acusaciones cruzadas, “fake news” e informes de dudosa procedencia que culpan a intendentes y al gobierno provincial por igual y que le suman un condimento picante al último tramo de la campaña.