Horas de tensión se vivieron ayer cuando los trabajadores del EPEN realizaron una fuerte protesta con quema de gomas y una barricada frente a la gobernación por un pedido de recomposición salarial. Por esta situación, la provincia desplegó un importante operativo de seguridad, con efectivos distribuidos en toda la manzana, y un cuerpo de bomberos listos para apagar el fuego. Además se cortaron las calles adyacentes lo que provocó congestión en el tránsito.

El escenario montado indicaba un enfrentamiento similar al de la semana pasada entre policías y trabajadores. Hasta hubo un pequeño cruce verbal y empujones entre trabajadores y los efectivos cuando una docente increpó a un policía por sacarle fotos.

Finalmente, el Ejecutivo envió al sector una nota a través de la Policía para convocarlos a una nueva reunión para hoy a las 15 en lugar a determinar. Sin embargo, los trabajadores en asamblea resolvieron mantener las medidas de fuerza hasta que se defina el conflicto, por lo que siguieron con la retención de tareas.

Reclamo

No hubo incidentes pero sí un fuerte intercambio entre representantes de los trabajadores y uno de los oficiales que participó del operativo y que fue el nexo entre ATE y el Ejecutivo. El uniformado expresó que estaba en el lugar por la quema de gomas. “El tema son las cubiertas. Si no hubieran prendido las gomas no estaríamos acá”, dijo el policía.

En tanto, desde la conducción de ATE respondieron que la quema de gomas es una “contravención” y que el problema es que no “existe una decisión política”. “Que generen un espacio de discusión”, dijo el secretario general de ATE, Carlos Quintriqueo.

Por su parte, Jorge Marillán, secretario gremial de ATE, agregó: “La semana pasada no se resolvió con balas, sino por una decisión política que fue una propuesta salarial”.

En el EPEN desde hace un mes que se está solicitando una recomposición salarial. En la reunión del miércoles les ofrecieron a los trabajadores una suma de 540 pesos a partir de abril de 2013, además de un incremento en el fondo eléctrico que el sector consideró como “una vergüenza”.