Por: Maxi Pérez. 

El gobernador Axel Kicillof ya había adelantado que esperaría a que el Ejecutivo nacional cierre primero los acuerdos de reestructuración de la deuda pública para, recién entonces, elaborar una proyección de ingresos y gastos del Estado bonaerense, lo que para sectores de la oposición fue interpretado como una muestra de debilidad y/o sumisión de la provincia al gobierno nacional.

Por eso el oficialismo salió esta semana a respaldar el esquema de negociación que está en marcha y que requiere de un acuerdo a nivel nacional, para después atender las deudas provinciales. No solo el gobernador salió a explicarlo, sino que varios de sus ministros le pusieron un soporte mayor a sus dichos, aunque sin dudas el titular de la cartera de Infraestructura, Agustín Simone, fue el que lo hizo de forma más contundente.

Antes el ministro de Salud, Daniel Gollán, había asegurado que sería necesario aumentar el presupuesto de esa área, pero reconoció que por el momento y hasta que no esté resuelta la situación de la deuda nacional, no había certezas sobre los montos de los que dispondrá la provincia para hacer frente a sus necesidades.

La diferencia con al cartera que preside Simone, es que en ella es todavía más notorio y el parate de las obras, pero además existe un remanente de recursos pedidos por la gestión de María Eugenia Vidal, autorizados por los bancos internacionales, pero no ejecutados, lo que para los integrantes de Juntos por el Cambio es una clara muestra de que dejaron el gobierno en buenas condiciones económicas.

"Lo lógico es que primera arregle un acuerdo nación y después se negocie la deuda de las provincias", aseguró el titular de Infraestructura después de explicar con detalle que toda obra que se vaya a reactivar en los próximos días, dependerá de esos créditos no ejecutados y no de una disponibilidad de fondos que pueda confundir a los vecinos de la provincia.

Pero también el PJ salió a bancar las negociaciones a través de un comunicado que lleva la firma de Gustavo Menéndez. "Estamos convencidos de que nuestra principal deuda pública es con el Pueblo. Es por eso que creemos que para afrontar este difícil momento hace falta una renegociación hacia un esquema sostenible pero también un nuevo modelo económico y social.", dice el mensaje del peronismo de la provincia.

Sin embargo para la alianza opositora el retraso de la provincia en presentar un presupuesto es una muestra de entrega del oficialismo o de debilidad frente a negociaciones que debería entablar con Nación para defender los intereses de los bonaerenses, algo que aseguran que Kicillof no estaría haciendo, a la espera de recibir indicaciones de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

En cualquier caso, el “tironeo” por la deuda bonaerense será con Nación, ya sea para acelerar los tiempos o para conseguir un mejor acuerdo (o fracasar en el intento), pero lo cierto es que aunque el gobierno pretenda mostrar una economía “viable”, se hace más que evidente que por lo menos en esta primera etapa de la gestión, depende en buena medida de los recursos de Nación.