Los trabajadores de Agua Clara podrán brindar en paz en las fiestas de fin de año

Los trabajadores de Agua Clara podrán brindar en paz en las fiestas de fin de año

Tras el acuerdo alcanzado por SUTIAGA, tras 39 días de reclamos, cobrarán la correspondiente indemnización y la gran mayoría ya tiene resuelto el futuro laboral inmediato.

   Luego de 39 días de acampe como principal medida de reclamo, los 7 trabajadores de la empresa Agua Clara lograron ser escuchados y, merced a la gestión del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Industria de Agua Gaseosas y Afines (SUTIAGA), lograron un acuerdo satisfactorio con el empleador.

   Tras iniciarse el conflicto el 16 de octubre, luego de que el propietario de la firma mantuviera un altercado con uno de sus empleados y decidiera cerrar las puertas de la distribuidora de agua envasaba que funcionaba en Vieytes al 1.800, el jueves pasado se firmó en el Ministerio de Trabajo un convenio para que cada uno de ellos recibiera la indemnización correspondiente.

   A su vez, el sindicato logró reubicar a la gran mayoría de los trabajadores en otras empresas del mismo rubro.

   “El acuerdo alcanza a 6 de las 7 personas que teníamos afiliadas aquí. Uno solo, por el incidente que tuvo con el propietario, decidió seguir el curso legal, lo cual respetamos y apoyamos”, explicó Pablo Fernández, secretario adjunto de SUTIAGA y miembro de la comisión directiva que se mantuvo junto a los trabajadores en los casi 40 días que duró el reclamo.

   Precisamente, tras conocer la decisión del empresario de ponerle fin a la producción, los empleados decidieron acampar las 24 horas de cada día en la puerta de la fábrica para solicitar la correspondiente indemnización.

   “La verdad que fueron días muy duros. Pero finalmente el propietario entró en razones y pudimos llegar a un buen acuerdo para todos y lograr que estas 7 familias tengan un fin de año en paz”, resumió Fernández, quien estuvo acompañado en la charla con Edgardo Ocampo y Jorge Ludueña, dos de los damnificados.

   Tal como tomara estado público, el conflicto se inició el 16 de octubre pasado, luego de una discusión entre los trabajadores y el empleador por la limpieza dentro los vehículos que realizan el transporte y la distribución de agua y soda.

   “Eso sucedió el sábado 13, el lunes 15 fue feriado y el martes 16 ya no abrió. Antes ya habíamos tenido algunos encuentros, tanto con los empleados como con el empleador, porque hubo pedidos para mejorar la seguridad en el trabajo. La mayoría de ellos trabajan permantemente en la calle y las condiciones no eran las adecuadas”, comentó el secretario adjunto.

   Y agregó: “Nuestro gremio es un gremio de diálogo y siempre priorizamos la fuente laboral. Por eso  siempre recurrimos a las charlas para llegar a un entendimiento. Pero el 13 de octubre todo se descontroló porque el propietario agredió a un empleado y eso ya no lo podemos permitir. El 16 amanecimos con la fábrica cerrada, por lo que los empleados decidieron acampar aquí como medida de fuerza, decisión que desde el gremio apoyamos”.

   “Prácticamente se escapó de la empresa. Porque no dio aviso alguno. Antes del acuerdo del jueves fuimos a un par de reuniones en el Ministerio de Trabajo, pero no se había conseguido ninguna solución. Se ve que ahora recapacitó y se pudo acordar”.

   Fernández agradeció el apoyo de los vecinos del sector, que siempre se preocuparon por la situación de los trabajadores.

   “Debemos agradecer la ayuda de los vecinos, que nos dieron la luz, agua y hasta comida. Y fundamentalmente bancaron esta situación”.

   El gremialista también resaltó la actitud de otros empresarios del sector.

   “Ya logramos reubicar a 5 trabajadores, otro está muy cerca de acordar con una empresa diferente y el restante está por iniciar los trámites de jubilación. Como sindicato queremos trabajo para la gente de Bahía y también defender las fuentes laborales, por eso estamos muy conformes con el acuerdo que se logró”. 

   Edgardo Ocampo valoró el apoyo que tuvieron sus compañeros por el sindicato.

   “La verdad que el sindicato se comportó muy bien con nosotros y merced a su gestión se consiguió terminar con esta situación, que era muy angustiante para todos. Estuvo junto a nosotros desde el primer día. Incluso, miembros de la comisión directiva se quedaron de guardia junto a nosotros”.

   Y añadió: “Tuvimos muchos problemas laborales aquí, pero uno va priorizando otras cosas con tal de mantener el pan en la mesa. Por ejemplo, no teníamos obra social porque no la pagaba y tampoco hacía los aportes jubilatorios. Lo único que tenía al día era la ART, para ponerse a resguardo ante algún accidente laboral, que los podría haber habido tranquilamente porque las condiciones no eran buenas”.

   “Los trabajadores le pusimos la mejor buena voluntad para que esto funcionara. Sólo nos conformábamos con que nos pague el sueldo en tiempo y forma”, cerró Ocampo. 

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