Luego de una larga secuencia de reclamos, maltratos y denuncias por el cierre de La Nirva, los trabajadores contaron su experiencia y la situación que atraviesan.

El cierre de la planta productora de alfajores dejó a 120 trabajadores en la calle tras un desalojo del que participaron las fuerzas de seguridad.

Desde el gremio siguen las gestiones para intentar encontrar una salida ante la situación y esperan que las autoridades políticas intervengan.

La patronal decidió fugarse luego de meses de deudas e incumplimientos. También hay denuncias por emitir cheques sin fondos.

Testimonios

El delegado Marcelo Cáceres explicó que «el arrastre» comenzó en 2018.

Fue cuando la firma cambió de dueños y allí comenzaron los incumplimientos.

Los trabajadores de la fábrica La Nirva reclaman salarios adeudados.

«Se vendió al grupo Blend. Durante dos meses seguimos con el ritmo de trabajo que teníamos. Al tercer mes, el salario empezó a retrasarse. De a poco, se fueron cerrando líneas. Al tiempo, nos cortaron todos los servicios: agua, gas y luz. Nos quedamos literalmente a oscuras», dijo Cáceres.

Desde allí, empezaron los despidos a personal administrativo.

La » purga» fue drástica y de más de 120 trabajadoras y trabajadores, quedaron sólo 65 personas cumpliendo tareas en la planta.

Miedo

Otro de los testimonios manifestó que “había miedo a hablar porque si alguien decía algo o criticaba, al día siguiente era despedido».

Cáceres aclara que no era un tema de producción.

«Por quincena, y laburando una sola línea, hacíamos 1.200.000 alfajores», detalló.

Los trabajadores explicaron que, incluso, «en el 2001, año de la peor crisis, ni se sintió».

«Hasta horas extras se hacía. Fue un mal manejo», sentenciaron.

No sabemos lo que es cobrar un sueldo completo. Eran puchitos: de 2000, 3000 pesos», detallaron los trabajadores. Para que te des una idea, de octubre a hoy, solo en salarios la deuda con nosotros es de 18 millones de pesos”.

Sin embargo, manifestaron que «si se bajan los brazos no se logra nada».