Tras sumarse a la marcha, el kirchnerismo ya imagina una cumbre Cristina-Moyano

Tras sumarse a la marcha, el kirchnerismo ya imagina una cumbre Cristina-Moyano

Después del reencuentro de la ex Presidenta con Alberto Fernández, descuentan que ocurrirá una con el camionero. Máximo K y la Cámpora asistieron a la protesta sindical

 

El 27 de junio de 2012, Cristina Fernández de Kirchner aterrizó en San Luis. Una inusual visita de la (entonces) Presidenta en el pago de los (entonces) acérrimos opositores Rodríguez Saá. Pero la razón del vuelo fue otra: no estar en la Casa Rosada cuando Hugo Moyano colmara la Plaza de Mayo en reclamo de una baja de Ganancias. Meses después, el sindicalista comandaría el primero de los dos paros generales, con la CTA de Pablo Michelli y los gastronómicos del ayer ausente Luis Barrionuevo, contra el gobierno de la actual senadora de Unidad Ciudadana.

 

 

Casi seis años después, con el camionero llenando la avenida 9 de Julio ahora en contra de la administración de Mauricio Macri, la ex Jefa de Estado sí estuvo pendiente del discurso de su histórico, por ahora ex, aliado. No sólo eso: otra vez caminando en la misma vereda, tanto en el moyanismo como en el kirchnerismo ya deslizan un eventual reencuentro.

 

 

¿Cuándo es la reunión?

 

 

Tiempo al tiempo.

 

 

Misteriosos, dejando abierta la puerta, así respondían ayer en el cristinista Instituto Patria. No hay fecha pero sobra voluntad. El primero en ofrecer la pipa de la paz fue Moyano. "Si Cristina me llama y me dice: Negro, por qué no te venís a tomar un café, yo voy", sorprendió un Moyano que años atrás no ahorró críticas en contra de ella. Ese día, su ex Jefe de Gabinete Alberto Fernández había confirmado el rumor de su reencuentro con la ex mandataria después de una década.

 

 

"Si ella paga el café", fue la irónica condición ante una consulta de Clarin.com que puso el ex jefe de bloque del FpV en Diputados y ex hombre de confianza del camionero, Héctor Recalde, quien en el divorcio político quedó del lado K.

 

 

Cristina Kirchner no fue ayer a la movilización (algo con lo que soñaba Hebe de Bonafini) pero sí su hijo Máximo. El diputado reapareció junto a otros pares caminando con la columna de La Cámpora que quedó a 200 metros del escenario. En otra parada del Metrobus estaba el peronismo bonaerense, con su ex titular Fernando Espinoza y, más lejos, una delegación de su sucesor, con la bandera "Gustavo Menéndez conducción". Cada uno mandó, por gacetillas, fotos sin él otro. Más alejado estuvo el PJ nacional, que no adhirió orgánicamente, sólo a título personal José Luis Gioja. Es más, gobernadores peronistas se mostraron ayer cercanos a la Rosada: el entrerriano Gustavo Bordet fue anfitrión de Macri y el chaqueño Domingo Peppo se juntó con el ministro de Justicia, Germán Garavano.

 

 

En tanto, los diputados del FpV-PJ partieron desde el Congreso. Además de la sorpresiva presencia del economista libertario Javier Milei, que generó infinitud de memes en las redes sociales, también se lo vio en la calle al ex juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, luego de que la Casa Rosada le pidiera una sanción en la CIDH.

 

 

Más allá estaban, también, los movimientos sociales, algunos que también se alejaron al final del kirchnerismo. Hace tiempo que, si bien no del todo unidos, no estaban tan cerca en un mismo evento.

 

 

"Es el día de Hugo", desestimaban cerca de la ex Presidenta que la jornada fuera coronada con el esperado reencuentro. Pero, en el peronismo, no todos quisieron dejarle todo el protagonismo a Moyano, a sabiendas de que la impactante foto en una 9 de Julio coloreada del verde de Camioneros no se traduce en votos.

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