Días después de que el intendente Carlos Fernando Arroyo anunciara la intención de retomar con el interminable traslado de la Villa de Paso, la situación de este proyecto iniciado en la gobernación de Felipe Solá es aún más compleja.

Las usurpaciones han sido moneda corriente a lo largo del traslado. La falta de atención gubernamental  produjo que decenas de casas en este tiempo queden a la deriva, a mitad de terminar. Por ese panorama, en diversos momentos hubo familias que ocupaban ilegalmente esos terrenos y es lo que sigue ocurriendo.

El titular de la UOCRA local, César Trujillo, habló sobre esta problemática: “Restan trasladar 60 viviendas, se están trabajando para eso en los barrios Belisario Roldan y El Martillo, donde se tienen que hacer 35 y 40 casas respectivamente”.

“Han usurpado de nuevo las viviendas en los dos barrios, estamos haciendo los trámites en la Justicia para que desalojen así podemos trasladar a la gente. Encima que nos cuesta terminar el traslado en tiempo y forma se atrasa con las tomas”, lamentó el sindicalista, quien remarcó que en Belisario Roldan desde el 20 de diciembre que se agudizaron las tomas mientras que en El Martillo ocurre desde meses atrás.

“No se puede terminar con el proyecto. No es solo que se toman las viviendas, que quedan destruidas, es un tema lamentable”, dijo y recalcó: “Ya le dijimos al intendente de esto”.

“Los trabajadores fueron a trabajar y los sacaron a pedradas, es preocupante”, alertó Trujillo, quien destacó que “son viviendas que ya están pensadas para determinadas personas que están censadas por la Municipalidad”.

Por último, ante la pregunta de cuándo se podía terminar con el traslado siempre y cuando  esta situación se pueda concluir, respondió: “La idea es terminar este año”.