Trelew: así entregó la conducción de Sutiaga y Fataga a los trabajadores de Pepsi

Escandaloso: en el video, Martín Nacarato, abogado de Fataga, reconoce que sabían antes que los propios obreros del cierre de la planta y que arreglaron las desvinculaciones sin consultarles.

Desde que se conoció el cierre de la histórica planta de Pepsi en Trelew, el pasado 29 de mayo, la conclusión en toda la población de que la conducción del Sindicato Unido de Trabajadores de la Industria de Aguas Gaseosas y Afines (Sutiaga) y la Federación Argentina de Trabajadores de Aguas Gaseosas y Afines (Fataga) habían entregado a los 48 trabajadores sin plantear ninguna perspectiva de lucha e incluso acordando con la patronal es compartida por todos.

En el video que compartimos a continuación se despeja todo tipo de dudas, si es que aun las hubiera. Allí se observa a Juan Levicoy, secretario General del Sutiaga y a Martín Nacarato, abogado de Fataga, en la sede de la Mutual 10 de Abril del Sindicato, comunicándoles a los trabajadores lo acordado con la patronal.

La planta de Pepsi pertenece a Cervecería y Maltería Quilmes S.A, que a su vez es propiedad de la multinacional AB InBev.

El primero que aparece en la filmación es Levicoy. Se puede ver al dirigente, totalmente asustado, comunicando: “La verdad que es una situación de mierda la que está pasando. Pero bueno, hay una decisión de parte de la empresa de hacer el cierre definitivo del establecimiento. Nosotros hemos pedido la colaboración a la gente de Fataga para poder llegar a una negociación, que la gente cobre lo que tiene que cobrar, sin ningún peso menos ni peso más. Yo lo hablamos con los delegados, estuvimos de acuerdo. Habrá gente que no está de acuerdo pero es una decisión de la empresa. Nosotros lamentablemente lo único que podemos hacer es colaborar con ellos para que ustedes reciban lo que realmente corresponde”.

Se percibe fácilmente el carácter burocrático de la conducción: su comunicación, según las palabras del secretario General, se redujo a los delegados. La discusión con el resto de los trabajadores brilló por su ausencia. Además, explícitamente reconoce colaboración con la patronal. Pero, como veremos, no es todo.

Luego le tocó el turno al propio Nacarato, quien abre su exposición diciendo que “yo personalmente a las siete de la mañana de hoy, Raúl Álvarez, el secretario General (de Fataga) nuestro me comunicó a los gritos y a las puteadas que se había iniciado el cierre de esta empresa (…) Pudimos conseguir el vuelo de las doce del mediodía y acá nos vinimos. El planteo fue de cierre definitivo. Hoy la planta está cerrada. Ante esa situación nosotros nos temíamos que iba a ser una desvinculación por el 247 (de la Ley de Contrato de Trabajo). El 247 es el cincuenta por ciento del salario. Gracias a Dios esa no es la circunstancia, y es el cien por ciento lo que se les va a pagar (…) No solo es eso, sino también discutimos una ampliación del plazo de la obra social, en vez de tres a seis meses. Circunstancia esa que también nos la aceptaron”.

Más allá de lo poco que tenga que ver Dios, o cualquier deidad en todo esto, si lo que dice el abogado es cierto, y en Fataga se enteraron a las siete de la mañana del cierre de la planta, cabe preguntarse por qué dejaron pasar tres horas, que la patronal utilizó para viajar desde Capital Federal y reunirse con los trabajadores, quienes fueron comunicados entre las diez y once de la mañana, con la presencia del secretario Adjunto de Sutiaga, Carlos Martín.

Lo más grave vino a continuación. Nacarato reconoce que fueron ellos, es decir la conducción de Fataga, los que arreglaron la desvinculación, aunque nada dice si fue mediante consulta a los propios obreros. Se desprende que, según este relato, tuvieron desde las siete de la mañana hasta las doce del mediodía para consensuarla. Es claro que nunca existió un mandato de la base y que la decisión corrió por exclusiva cuenta de la Federación y el Sindicato, de espalda a los propios perjudicados. Un arreglo burocrático y propatronal que buscó evitar cualquier medida de lucha en defensa de los puestos de trabajo.

Más adelante el abogado expresa que “el día miércoles van a pagar los sueldos y dentro de los cuatro días del plazo legal van a pagar la indemnización del cien por ciento de cada uno. Las estuvimos mirando las indemnizaciones de cada uno, y los resultados están aplicando un salario muy importante (…) que lo quiero conversar con cada uno de ustedes uno por uno (…) Es un hecho terminado, la empresa no está más. No tenemos posibilidad en el orden nacional de rever esta situación (…) Entonces, desgraciadamente esto es lo mejor que hemos podido lograr… Es irreversible. Lamentablemente lo han hecho con tanta saña y maldad, que fue comunicado a la Federación en el día de hoy con el cierre y el despido. Ustedes todos ya están despedidos, según informaron notificados por escribano público (…) Ahora le hemos exigido a la empresa que manden los telegramas a cada uno de ustedes ratificando el despido (…)”.

Nuevamente queda claro el arreglo sin consulta a los trabajadores y la nula predisposición a la lucha. Sobre esto último, advierte que “(…) el último cierre así que nosotros hemos vivido fue Coca Cola en Neuquén. Alguno de ustedes puede recordarlo. Nos cerraron la planta. Fuimos, quemamos gomas, tomamos la planta, nos metimos de prepo. Hicimos todas. Un mes y medio estuvimos ahí adentro metidos. La reabrimos. Quince días después nos la volvieron a cerrar con apoyo del Gobierno. Cuando esto se produce lo que hay que defender, es como los inundados, lo que queda, el salario completo, la mejor indemnización posible y el pago inmediato. Yo les propongo, hoy va a ser un día largo, yo lo quiero discutir con cada uno, uno por uno, con los delegados, con ustedes, con Hugo (Abraham), que es el abogado local del sindicato, que nos acompañe y ver cada una de las liquidaciones”.

La traición de todos los involucrados de Fataga y Sutiaga no podría ir más lejos. Toda perspectiva de resistencia es clausurada por un puñado de burócratas, que además de evitar cualquier tipo de discusión en asamblea, les plantean a los trabajadores negociaciones individuales y secretas.

En un pasaje del video se escucha la voz de un obrero consultando si “¿no se puede hacer lo mismo, y esperar un mes más porque no es lo mismo los sueldos de hoy que con el aguinaldo?”. A lo que el burócrata, sin ruborizarse, responde: “No. Ya está la planta cerrada, nos ganaron de mano. No nos dieron la oportunidad de entrar a la planta”.

No solo desconoce que tuvieron varias horas para debatir en asamblea la ocupación de la planta, sino que la perspectiva de ocupación fue propuesta por algunos trabajadores, pero negada terminantemente por la conducción del Sindicato, que, mediante mandato de Fataga, obligó a los operarios a dirigirse a la mutual a arreglar la desvinculación, en condiciones de extrema presión y, como dijimos, sin ninguna perspectiva de lucha por parte de sus representantes.

En contra del fatalismo propatronal del Sindicato y la Federación, los trabajadores se autoorganizaron en asambleas durante dos semanas para buscarle una salida a su situación de desempleados. Lograron entablar diálogos con importantes actores de la sociedad, como la nueva conducción de la CGT del Valle Inferior del Río Chubut, el intendente Adrián Maderna y el Gobierno provincial de Mario das Neves.

Desde el 20 de junio se encuentran acampando en los portones de la planta exigiendo el cobro total de las indemnizaciones y la conformación de una cooperativa de envasado de agua y soda. La resistencia en defensa de los puestos laborales despertó una enorme simpatía en la población, que pasa todos los días a saludarlos, dejarles víveres, tocarles bocina desde la Ruta 25, en una muestra de aliento que no conoce de fronteras: también recibieron apoyo desde la emblemática Zanon, bajo gestión obrera en Neuquén, PepsiCo en Buenos Aires y otros países.

Los obreros son conscientes que su lucha es la lucha por los miles de despedidos y suspendidos en la provincia. Lo hacen sin ningún tipo de apoyo del Sindicato y la Federación, pero sí de todo el pueblo trelewense y chubutense. Este lunes tendrán una reunión con miembros del Gobierno provincial, donde discutirán el panorama. Se sabe que el jueves funcionarios de provincia mantuvieron una reunión con representantes de Cervecería y Maltería Quilmes S. A. donde recibieron la negativa rotunda a ceder en comodato las instalaciones y las maquinarias para el proyecto de cooperativa, y a cambio propusieron pagar lo adeudado en las indemnizaciones y un plus, aunque aun no se conoció la cifra.

Los trabajadores ya fueron cobardemente traicionados el 29 de mayo. El Gobierno provincial, el municipal y la conducción de la CGT tienen la responsabilidad de aceptar y apoyar cualquier resolución que tomen los obreros que busque la defensa de sus puestos de trabajo. Los operarios despedidos sienten el apoyo de estos sectores y lo reconocen en cada una las entrevistas que dan a distintos medios de comunicación. La salida parece ser clara y tanto el Gobierno como la oposición en la Legislatura provincial están en condiciones de resolverla: la expropiación sin indemnización de la planta y la maquinaria de la Pepsi, para que los trabajadores conformen la cooperativa y la pongan a producir bajo gestión obrera.

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