El triunvirato sabe que no puede confundir al rival y prepara pulseada con empresarios

El triunvirato sabe que no puede confundir al rival y prepara pulseada con empresarios

El triunvirato de la CGT que integran Juan Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña obligado por el peso de la marca registrada de la central a negociar con la Casa Rosada y por un lado calmar aguas de la propia tropa, negó una posible ruptura a casi 60 días de haber asumido en Obras Sanitarias. “Estamos encauzados en encontrar caminos que vayan acercando las diferencias que venimos teniendo”, admitió un reconocido estratega en superficies ásperas como Daer a la agencia DyN.

 

Sobre la califi cación de “vergonzante” que ofreció Pablo Moyano respecto del resultado de la reunión con el Gobierno, el referente de Sanidad comentó: “Pablo es un dirigente que tiene esa costumbre de adjetivar los actos. Respeto las expresiones, (pero) no hay lugar para una ruptura, a nosotros nos costó mucho la unidad”.

Anoche había sendas reuniones, por un lado la CGT y en otro encuentro los denominados moyanistas puros, los temas son fáciles de considerar. Y la marca de agua que hace a la intervención al descubierto de la Iglesia para evitar una huelga, con sugerencia del Papa Francisco, la evaluación del “costo político”, para quedar “bailando al revés del compás” incluso fue parte de la autoevaluación de Azopardo.

Articulador de diálogos incluso con frentes adversos, Juan Schmid respiró hondo para asimilar el revuelo que también sacude a los transportistas de la CATT. Si algo saben a conciencia los dirigentes que encabezan la CGT, que las internas de las internas, son parte del folclore, casi como cantar la marcha peronista al fi nal de los actos. Pero que en horas más la pulseada “por los porotos” será ante los empresarios privados, que mostraron las uñas a partir de la sentencia de Cristiano Ratazzi (Fiat) en cuanto a bajar sueldos y descontar días si hay paro.

Léase intención cero de pagar bono de fin de año. Y no es el único.

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