Por su parte, el PJ bonaerense, que es conducido por el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, proveniente del Frente Renovador de Sergio Massa y acusado de múltiples hechos de corrupción, tampoco se ha preocupado por mantener el lugar que fuera gestionado en tiempos que el actual ministro de Justicia bonaerense Julio Alak fuera jefe comunal de La Plata.

La sede partidaria, informaron militantes peronistas a NOVA, se encuentra en estado actual de total abandono, suciedad, ratas que pululan por el lugar, baños que dan asco por el nivel deplorable de olores nauseabundos, y como si fuera poco, dos patrulleros y cuatro camionetas de la empresa de energía Edelap constataron que el edificio hace un año que está colgado de la luz, y que debe unos 700 mil pesos y este viernes retiraron el medidor. Un verdadero papelón.

También hace tres meses se llevaron desde Camuzzi el medidor de gas, por falta de pago de una abultadísima deuda, y la cocina del PJ, que da de comer a gente humilde y de bajos recursos, a precios sumamente accesibles, se maneja con garrafas y el lugar se torna irrespirable por la falta de ventilación.

Por orden de Lugones y sus sobrinos, los hermanos Bruera, el cocinero Pololo fue intimado a retirarse de la sede, pero se encuentra virtualmente atrincherado y acongojado por la actitud de quienes fueron sus mentores políticos y ahora lo abandonan como su fuera un mueble viejo.

El PJ, eje central del Frente de Todos de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que tiene como referente bonaerense al gobernador Axel Kicillof muestra su peor cara.

Una vez que el peronismo vuelve a ser gobierno en la provincia, su sede partidaria se asemeja a un basural del Ceamse, en abosoluta desidia y abandono.

Dolor, vergüenza, impotencia, y bronca por parte de peronistas que dejaron hasta su vida por acompañar el Movimiento creado por Juan Domingo Perón. Un papelón irremontable.