La vieja receta de licencias no automáticas vuelve en tiempos de escasez de dólares

La vieja receta de licencias no automáticas vuelve en tiempos de escasez de dólares

El Gobierno decidió analizar cada pedido de importación. El objetivo es cuidar las divisas y a la vez "incentivar" la producción local.

 

En materia de administración del comercio, de algún modo, el Gobierno intenta volver el tiempo atrás, digamos a 2007/08. Es retrotraerse a un momento en que el notorio atraso cambiario generaba una avalancha de importaciones, muchas de las cuales competían con la producción local.

 

Ahora se busca recrear ese clima, y apuntan a una "administración del comercio absolutamente racional". Este calificativo debe traducirse por una estrategia en la que buscan proteger e incentivar la producción de origen nacional.

Una fuente que camina a diario los pasillos del Ministerio de Desarrollo Productivo, sostiene que "se gastaron u$s 52 millones en muñequitos de los huevos Kinder, cuando falta insulina en los hospitales".

PUBLICIDAD

Lejos de generar un frente de conflicto con compañías multinacionales, lo que se pretende es "que traigan la matricería y los hagan acá, es sólo una inyección de plástico".

Mirá tambiénEl Gobierno porteño prorrogó el cobro de ABL hasta fines de enero

Prima facie, suena a cierto voluntarismo, porque en su política de bajar costos las compañías globales suelen importar algunos insumos críticos o bienes puntuales, en grandes volúmenes desde China u otro destino. De cualquier modo, es interesante tener en la agenda el "volver a recrear los canales de comercialización sobre la industria local".

"Vamos a ver qué se trae, la necesidad de traerlo, si hay producción nacional" que pueda ser un sustituto, indica una fuente de la secretaría de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa.

Al fin y al cabo, se trata más que nada de ver en qué se gastan o invierten los escasos dólares que tiene el Banco Central en sus reservas internacionales.

Mantener el SIMI

Hacia adelante, se hace decidido mantener el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI). Como parte del análisis de los pedidos de importación que llegan a la Aduana, el SIMI tiene en cuenta siete indicadores.

Cuatro de ellos corresponden a la AFIP, entre ellos por ejemplo cuál es la capacidad fiscal del importador o si según los registros de la Administración Federal de Ingresos Públicos está en condiciones de hacer frente a la operación que declara.

Los otros tres indicadores corresponden a la Secretaría de Industria, y entre ellos sobresalen las licencias no automáticas y el análisis de los contenidos y componentes.

El punto clave es que más allá del procedimiento, empiezan a jugar los tiempos de aprobación. Tras los años de Guillermo Moreno al mando de la Secretaría de Comercio Interior, la gestión de Cambiemos puso énfasis en acortar los tiempos burocráticos de aprobación de las solicitudes de importación. Así, se llegó a 24 horas en el caso de las SIMI con licencia automática y 72 horas en el caso de las licencias no automáticas.

El criterio ahora es controlar cada dólar que salga del país. "Lo único que se está haciendo es iniciar un proceso de administración" del comercio exterior, porque "estas LNA se estaban administrando como si fueran automáticas". En total son unas 1200 posiciones arancelarias.

Comentá la nota