Vivir en el agua: cómo es el día a día en una plataforma que saca petróleo del mar

Vivir en el agua: cómo es el día a día en una plataforma que saca petróleo del mar

Virginia Stewart tiene 26 años, pero es tan fresca que parece recién salida del secundario. Sonriente, rubia y alta cuenta que es nuestra guía por el día, que es ingeniera mecánica y que está a cargo del área de producción de la plataforma petrolera Olympus, en el Golfo de México. 

Trabaja para Shell desde hace tres años y es una de las cinco mujeres que puede estar eventualmente a bordo de la estructura que extrae petroleo del fondo del mar, lo procesa y tiene capacidad para albergar a 192 personas, aunque actualmente hay unas 80 que trabajan 14 días seguidos y luego descansan otros 14.

 Ella es cuarta generación de trabajadores petroleros. Siguió los pasos de su padre, abuelo y bisabuelo y es de Lafayette, Louisiana, como muchos otros de los trabajadores de ahí, mientras que los demás provienen de otros pueblos petroleros como Mississippi, Alabama o Texas.

La tradición es importante para muchos de ellos al igual que el sentido de comunidad, pero sobre todo hacen mención de los buenos salarios (trabajar en una plataforma es bastante redituable y los ingresos y beneficios son significativamente superiores a posiciones similares en tierra firme) y la disponibilidad de tiempo que tienen al estar la mitad del mes en su casa. " Mi madre ya lo superó y ahora les cuenta a todas sus amigas que su hija trabaja en una plataforma en el océano", revela.

En la primera parada del tour muestra su oficina, dentro del segundo de los cuatro pisos de la estructura, que tiene muchos monitores y fotos de perros de diferentes razas, cada uno con su respectivo nombre escrito. Pero no son de ella, sino que les pide a sus compañeros imágenes de sus mascotas porque le gustan. "Este es mi favorito", dice y señala a un espécimen entre labrador y maltés muy sonriente.

 

Un cuarto con cuatro camas

 No muestra su cuarto, pero es fácil de imaginar. Son todos iguales con cortinas y cubrecamas marrones y camas marineras para dos o cuatro personas. Tienen TV por cable, teléfono y, como la plataforma está sobre un tendido de fibra óptica, conexión a Internet.

En cuanto a la comida tiene acceso a un comedor con opciones las 24 horas del día, si bien hay horarios para almorzar y cenar y recreos a las 9 y a las 15. También tiene a disposición un gimnasio, un consultorio médico y un cuarto de TV con una pantalla gigante, butacas de cine y una mesa de ping-pong. "Hoy es noche de poker, pero a mí no me gusta así que voy a estar en el gimnasio", afirma y, consultada por las apuestas, dice que el dinero de las partidas se dona.

 

El gimnasio a bordo

 

Sobre el día a día, dice que el vaivén del mar no se siente, en general, salvo en el invierno cuando las olas son más altas. "Si tomo mucho café y no salgo afuera, algo de mareo me agarra", asegura.

El exterior son tubos y más tubos con el océano alrededor y abajo. Los caños básicamente separan el petróleo, del gas y el agua, purifican los elementos y también sirven para cerrar todo el sistema en caso de que se produzca un "evento". Los más dramáticos son emergencias como incendios y/o explosiones, derrames, fenómenos climáticos como huracanes o una colisión como podría ser el choque de un barco contra la plataforma.

 

Una de las barreras de contención

 

Por esta razón hay muros de contención que separan la parte donde los trabajadores viven y la producción del taladro de perforación. Y hay seis botes salvavidas divididos en dos lados de la plataforma, además de dos salas de control, a las que se les suma la tercera en tierra firme en Nueva Orleans, Estados Unidos.

"La última tormenta fue graciosa porque te encontrabas con gente que generalmente ves vestida de trabajo, en pantuflas, jugando al ping-pong", recuerda.

 

El océano Atlántico, debajo de la plataforma

 

Pero las peores suelen coincidir con dos fechas difíciles en términos sentimentales como son Navidad y Año Nuevo por lo que se limita el trabajo en el exterior al haber más riesgos y en el interior juegan al amigo invisible.

El entrenamiento previo

Todos los trabajadores de Shell, como los visitantes a la plataforma, tienen que hacer un entrenamiento para saber escapar del helicóptero que te lleva y trae por si este se cae al mar. Se llama Helicopter Underwater Escape Trainning (HUET) y es provisto por OPITO, un organismo oficial inglés que desarrolla los programas formativos para la industria internacional del petróleo.

El programa implica hundirse en una pileta dentro de un módulo de entrenamiento (que simula ser el interior de un helicóptero) que rota y se pone al revés, y se hace énfasis en que los estudiantes se preparen para el impacto, identifiquen las salidas primarias y secundarias, salgan al exterior y luego cuenten cabezas.

 

 Así es el entrenamiento para pilotear helicópteros sobre agua0:19

 

"Es terrible. A mí en particular no me gusta abrir los ojos bajo el agua, pero es un buen entrenamiento", confiesa Virginia. La validez del mismo es por cuatro años así que quienes están hace tiempo en la compañía lo tienen que renovar antes de ese plazo y a veces en menos tiempo si es que se toman una licencia y luego vuelven al trabajo.

"Hay muchos que están calculando cuándo se retiran en base a cuando lo tienen que volver a hacer", concluye.

uidos y luego descansan otros 14.

 

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