América Latina cada vez más desigual en el acceso al agua potable.
lo mostró el estudio de TECHO (2017) "La emergencia de vivir sin ciudad", donde "uno de cada 2 asentamientos acceden al agua en forma irregular (53,5%)".
Las cifras son angustiantes entre los asentamientos más excluidos de América Latina. En Argentina (2018), de 4.416 asentamientos identificados, 9 de cada 10 no cuentan con acceso formal y seguro al agua potable. En Chile (2015), de 681 asentamiento identificados, 8 de cada 10 carece de acceso formal y seguro al agua potable (75,8%). En Colombia (2015), de 125 villas miseria identificadas, en la ciudad de Bogotá, 3 de cada 10 (30,4%) accede al agua por conexiones irregulares, como el camión cisterna, pozos y acueductos veredales, principalmente. Guatemala (2016), en cinco municipios de la capital, el 32% no cuenta con acceso formal al agua. Paraguay (2017), en los asentamientos del área metropolitana, en 4 de cada 5 se accede al agua a través de conexión formal.
Honduras (2018), en 3 de cada 5 asentamientos populares encontrados en el casco urbano del Distrito Central, las familias se ven imposibilitados de acceder a una red adecuada de distribución de agua. Perú (2018), en los asentamientos caracterizados en el distrito de San Juan de Miraflores, donde se encuentra el denominado "muro de la vergüenza", 9 de cada 10 asentamientos no cuenta con acceso seguro a la red pública de agua.
Aproximadamente 4 de cada 5 asentamientos se abastecen de agua a través de camiones cisterna. Uruguay (2019), uno de cada 3 asentamientos no accede a la red formal de agua potable. Techo advierte que el acceso a la red formal de agua no necesariamente refiere a la conexión regular o segura.
En Honduras, por ejemplo, los referentes de los asentamientos que respondieron a la consulta explicaron que la frecuencia del acceso al servicio alcanza a dos veces a la semana y se agrava en verano. Por esta razón, las familias deben acceder al agua a través de baldes y barriles. En Guatemala, el consumo de agua requiere tratamientos adicionales -que no siempre garantizan la potabilidad- o la compra de agua embotellada, lo que representa un costo extra.
Mientras que en Honduras, en 2 de cada 5 asentamientos (36,3%) encuestados no se utiliza ningún método para potabilizar el agua. .
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