Alberto busca ahora cerrar todos los frentes de conflicto que tiene abiertos

Alberto busca ahora cerrar todos los frentes de conflicto que tiene abiertos

El Presidente asumió el golpe político que le dio la Corte Suprema. Con los líderes del espacio acordaron hacer eje en la gestión. Apuesta a tender puentes con empresarios, medios y oposición.

Según el propio Alberto Fernández, fue el golpe político más duro que tuvo su gobierno y un punto de quiebre hacia lo que vendrá. La decisión de la Corte Suprema de aceptar el per saltum para tratar el destino de los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli puso en revisión la estrategia de un gobierno que en pocos meses abrió distintos frentes de batalla y ahora busca cerrar mostrando acción en la gestión.

 

El lunes, el Presidente se mostraba confiado y convencido de que la Corte no habilitaría el pedido de los jueces, pero un día después el optimismo que reinaba en la alianza gobernante se desplomó. Fernández hizo silencio como pocas veces y pidió que en las horas siguientes sus dirigentes de máxima confianza también lo hagan. Apenas dos días después fue Santiago Cafiero el que hizo las críticas que el kirchnerismo había lanzado en soledad como respuesta al tribunal. “Esperamos que actúe conforme a la Constitución, está en juego su prestigio”, dijo el jefe de Gabinete para cerrar el tema. A pesar de estas declaraciones, en el Gobierno admiten que la definición de fondo de la Corte también está perdida.

La “mesa de los martes” que no se había podido reunir por la agenda en el interior del Presidente pasó al miércoles. Y de la Quinta de Olivos se trasladó a la Casa Rosada. Con Fernández a la cabeza, todos coincidieron en que debían comenzar a cerrar los frentes abiertos hasta ahora. Participaron Cafiero; el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro; el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; y el titular del bloque, Máximo Kirchner.

“No digo que no sean peleas que no haya que dar, pero demos una a la vez. No estamos en el mejor momento para poder resistir todos los golpes”, dijo uno de los comensales. Acordaron concentrarse en la gestión y empezar a mostrarse activos frente a los números de la economía y la cifra de la pobreza, que trepó al 40,9% para el fin del primer semestre del año.

 

Postura conciliadora. Ese mismo día, Kirchner y De Pedro dejaron la Rosada para ir a ver a la vicepresidenta. Los dirigentes de máxima confianza de Cristina Kirchner fueron los que le llevaron la postura conciliadora que buscarán mostrar a partir de ahora y no solo en el área judicial. El viernes, la ex presidenta se mostró alejada del debate caliente en el Senado por la discusión de la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires y prefirió dar a conocer un encuentro con la madre de Micaela Romero, policía asesinada en Quilmes en agosto.

“No digo que no

sean peleas que no

haya que dar, pero

demos una a la vez”,

analizan

Ayer, la diputada del Frente de Todos y también consejera de la magistratura Vanesa Siley difundió un pedido de juicio político presentado el 25 de septiembre contra el presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz. Esta iniciativa no tiene que ver con la pelea con el Gobierno, sino que lo hizo por haber “asegurado la impunidad de los responsables del terrorismo de Estado mediante sentencias contrarias al derecho vigente” ante la convocatoria para retomar los juicios de lesa humanidad. En el bloque explicaron a PERFIL que el pedido no lo hacen para que prospere aunque se trata del juez del tribunal al que el kirchnerismo más apunta.

Además de la Justicia, en la mesa chica admitieron que hay otros tres frentes abiertos que deben cerrar: empresarios, oposición y medios de comunicación.

Fernández es quien comenzó a darle señales al primer sector, al que el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción que destinó más de $ 172 millones apenas le resultó un alivio. La marcha atrás con la expropiación de la cerealera Vicentin no fue suficiente tampoco para calmar los ánimos. Massa no se quedó atrás en el diálogo, sobre todo al momento de recuperar el apoyo de importantes empresarios alcanzados por el impuesto a las grandes fortunas.

Uno de esos empresarios le detalló al Gobierno todos los pedidos que atendió en los últimos meses de intendentes peronistas agobiados por la crisis económica incrementada por la pandemia de coronavirus. Remarcó, por ejemplo, que uno con los que más colaboraron es de La Cámpora. “Nos llaman y estamos, para donar comida y hasta para ampliar un hospital. Es mucho más lo que nos pueden sacar a lo largo de los años por las buenas que por este impuesto”, se quejó.

Esperan más acción del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien debería estar encabezando la “etapa de la reconstrucción”, tal como la llama el Gobierno. Mientras tanto, la semana que viene el Presidente se reunirá vía Zoom con la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (Amcham).

Oposición. El oficialismo también reconoce que el diálogo con la oposición debe encauzarse. “Pelearnos en un año que no es electoral no tiene sentido, nos desgasta a nosotros pero también a ellos”, reconoce un importante funcionario. Los puentes ya están tendidos. Buscan mostrar un acuerdo amplio en la renegociación con el Fondo Monetario Internacional pero también en la discusión del Presupuesto 2021 y la salida de la pandemia.

“Basta de pelearnos

con los medios

y ocupemos sus

espacios para

mostrar la gestión.”

¿Cuándo se sale? En el Gobierno dicen que cuando se pueda anunciar la vacuna y eso dé margen a la planificación de la gestión. Reconocen que ya deberían haberse sentado con la oposición pero los últimos cruces retrasaron el diálogo. Quizás el tan anunciado Consejo Económico sea una excusa para volver a coordinar acciones en común.

Por ahora, la misión del FMI será quien junte al oficialismo y la oposición, ya que pidió un encuentro de todos los jefes de bloque del Congreso.  

“Basta de pelearnos con los medios, dejemos de culparlos de todo y ocupemos sus espacios para mostrar la gestión”, fue otra de las frases que resonó esta semana en la Casa Rosada. Los ministros son los que deben comenzar a ganar los lugares y mostrar una agenda activa que encabeza el Presidente.

 Fernández volvió a la Casa Rosada esta semana y gestionó desde allí los cinco días. Todo un símbolo de que busca dejar atrás no solo la pandemia, sino las batallas abiertas que hasta ahora solo provocaron derrotas.

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