Un nuevo informe estadístico sobre evolución de los precios de los productos alimenticios confirmó que la suba generalizada inflacionaria de agosto estará liderada por el rubro Alimentos y Bebidas.

El estudio, a cargo, esta vez de Ferreres, marca que la inflación de agosto fue del 2,7% y llegó a casi 19% en 2020, con el dato extra que el rubro de productos alimenticios lidera la inflación mensual y anual.

Con el dato de agosto, la inflación registró un aumento interanual de 41,9%, de acuerdo con el IPC-OJF (GBA) de Ferreres y confirmó la tendencia que vienen registrando otras consultoras como Focus Market, EcoGo y Ecolatina, antes de los datos oficiales del INDEC.

Es que aún el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos no dio el valor oficial de la suba inflacionaria del mes pero con los datos previos de las consultoras privadas, los trabajadores, los sindicatos y los consumidores ya comienzan a mirar al rubro Alimentos y Bebidas.

Alimentos y Bebidas, a la cabeza

El dato sobresaliente de la información difundida por Ferreres es que Alimentos y Bebidas se aceleró frente al mes pasado y registró un avance de 2,3% mensual, liderando la suba inflacionaria ante otros rubros que apenas subieron por debajo de un punto porcentual.

Así, la inflación de agosto se aceleró en agosto, al marcar 2,7%, por lo que acumuló un aumento interanual de 41,9%, de acuerdo con el IPC-OJF (GBA) de Ferreres. Se trata del dato mensual más alto desde marzo pasado.

De esta manera, el índice de precios acumuló una suba de 18,7% en los ocho meses que van del año. Ello, a pesar que los salarios subieron apenas 0,6% en junio pero en el primer semestre le ganaron a la inflación.

Por otra parte, la inflación núcleo avanzó a un ritmo mensual de 3,6%, marcando un aumento del 44,2% anual. En cuanto a los bienes y servicios regulados, éstos registraron una variación de 0,5% mensual a lo largo de agosto.

Las alimenticias volvieron a su juego

Tras un mes en el que las subas de precios de las alimenticias habían quedado planchadas”, un conjunto de consultoras privadas confirmaron que las empresas de Alimentos y Bebidas, volverán a liderar los aumentos en agosto. Así lo confirmó Ferreres.

Con el dato de esta consultora son cuatro las que confirman que las compañías de Alimentos y Bebidas volvieron a aumentar el valor de sus productos, liderando las subas del mes de agosto, tal como lo venían haciendo durante todo el primer semestre del año.

La información previa a la difusión del INDEC preocupa a los trabajadores y trabajadoras que ven peligrar su poder adquisitivo una vez más, puesto que la decisión impacta en la canasta básica alimentaria y puede dejar a más argentinos y argentinas en la pobreza.

Pero, además, a los gremios y representantes sindicales que ven como las gigantes del sector alimenticio no frenan su escalada inflacionaria, ni siquiera en pandemia, y ante las carencias económicas que padecen los trabajadores y trabajadoras.

Argumento patronal

Mientras tanto, la patronal del sector alimenticio salió a defender los aumentos de precios. Por eso, desde la coordinadora de empresas del sector señalaron que las subas se deben a la compra de insumos en dólares, al exterior.

Desde la Coordinadora de Empresas Alimenticias (Copal) justificaron así los aumentos que introducirán a más argentinos en la pobreza, subiendo precios de las empresas del sector e impactando en la canasta básica.

La justificación vino luego que la entidad le presentó un esquema con aumentos al Gobierno nacional. Los empresarios aseguraron que los aumentos se debieron a la importación de insumos. Y así salieron a defender la lista de precios aumentados al Ejecutivo.

Canasta básica y pobreza

Está claro que esta situación, en la que las empresas alimenticias suben, ganan y no llaman a paritarias ya puso en alerta al Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (STIA) que ve con preocupación la actitud patronal.

Es que los aumentos se dan sin contemplar negociaciones salariales y eso impacta en el poder adquisitivo del sector, pero también de los consumidores y consumidoras, socavando el poder de compra de los argentinos.

Sucede que al aplastar salarios y subir precios realizan un doble movimiento que impacta de lleno en la canasta básica alimentaria de la sociedad. Este es, justamente el indicador que marca si una familia es pobre o no.

Por ello, al subir el precio de los alimentos, las empresas del sector están incorporando a miles de argentinos y argentinas trabajadores en la pobreza, porque la canasta básica define que familias acceden a los bienes de consumo elementales.