Aluminio y potabilización del agua: un tema que preocupa en los municipios

Aluminio y potabilización del agua: un tema que preocupa en los municipios

El tratamiento de la planta potabilizadora que pertenece a Obras Sanitarias de la Municipalidad de Gualeguaychú fue motivo de un informe que se exhibió anoche en el programa Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral), donde se puso el acento que los barros generados por el aluminio, van sin tratamiento alguno al curso de agua.

 

El director de Obras Sanitarias de la Municipalidad de Gualeguaychú, Iván Mataitis, explicó que: “La planta potabilizadora que tenemos en Gualeguaychú es del tipo convencional. Tomamos el agua cruda del río, lo que se hace es agregarle sales de aluminio que es el coagulante que se utiliza para este tipo de plantas. Y lo que hace es desestabilizar esos coloides que vienen del río y que no sedimentan, los aglomera en una partícula más pesada. Luego pasa por los filtros, se clora, pasa a una cisterna donde tiene un tiempo de retención adecuado; para después rebombearlo a la red”. 2Aproximadamente entre un 95 y 98 por ciento es lo que se potabiliza; y se tiene entre uno y cinco por ciento de pérdida en el proceso. Las pérdidas pueden ser por lavado, por sedimentación propia del agua; pero el resto es agua que se potabiliza y se pasa a la red para llegar a las casas de todos los vecinos”, indicó el funcionario.

También aclaró que una vez que se le agrega esas sales de aluminio queda una especie de barro que es desechado a través del Canal Clavarino y de ahí al arroyo Gaitán para luego ir al río Gualeguaychú. “En realidad se obtiene un sub producto a partir del agua: ese coloide que venía dentro del agua cruda del río se termina de aglomerar en un floculo y sedimenta. Las arcillas y todas esas cuestiones que vienen dentro del agua cruda, las aglomeramos a través de este producto y eso sedimenta y se vuelve al cauce”, explicó que en la actualidad están trabajando “con un policloruro de aluminio y eso puede tener diferentes porcentajes de dióxidos útiles del 18 por ciento”.

Al ser consultado sobre el perjuicio que ocasiona este desecho, Iván Mataitis, lo descartó porque “en principio hay que destacar que el aluminio es el metal más común en la corteza terrestre y es el tercer elemento que existe en todo el mundo y no está catalogado como un residuo peligroso ni por la Ley 24.051, ni tampoco está catalogado por las agencias de toxicología de Estados Unidos, ni por la EPA (Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos) y al aluminio se lo considera inocuo y eso es lo que está establecido dentro de las legislaciones”.

 

-¿Esos desechos pueden ser tratados o todas las plantas lo terminan largando al río?

-Actualmente hay una sola planta en Latinoamérica, al menos de la que tengo conocimiento, que es la planta de Suquía, Córdoba, que se dedica al secado de estos barros de tratamientos. Con la nueva planta de Concordia se tiene pensado incorporar una planta de secado de barros de potabilización; y nosotros no lo descartamos. De todas maneras, lo que hacemos es un trabajo en comunicación con la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica), que está analizando la reutilización de los barros para la recuperación del aluminio y eso se podría reutilizar como producto dentro de la planta potabilizadora.

 

Otra mirada

 

Por su parte, el secretario de Extensión Universitaria y Cultura, José Dorati, de la Facultad de Bromatología de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), en diálogo con Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral), sostuvo que “los barros derivados del proceso de potabilización son muy característicos, porque se utilizan compuestos que contienen aluminio y que por sus propiedades químicas permite separar la materia orgánica del agua natural. Y eso precipita y genera un desecho”.

“Esos barros son gelatinosos, que están preparados químicamente para sedimentar. Es decir, cuando encuentran un cauce de agua más tranquilo o un remanso o alguna curva en el arroyo o el río, generalmente se depositan y se mantienen ahí. Podemos ver ese comportamiento cuando le arrojamos una piedra y se desarma ese cúmulo y se vuelve a precipitar; de pronto aparece un mayor movimiento del agua y esos barros se vuelven a agitar y así van permanentemente arrastrados y se van sedimentando en la zona de los cursos de agua”, explicó.

Dorati admitió que “esta es una problemática histórica y no es una exclusividad” de Gualeguaychú ni de la región; “es una problemática de todo el país y del mundo. Se han realizado muchísimas investigaciones en relación a esto y muchísimas propuestas y cada una de ellas tiene una dificultad de aplicación y de implementación; además de ciertos costos para llevarse adelante. Existen diversos tratamientos que se pueden hacer y se debiera hacer porque es una industria más que genera también un efluente y tiene la característica que realiza la producción de un líquido vital y necesario para la vida de todos. Entonces, históricamente se ha primado la necesidad de producir agua para que toda la comunidad tenga agua potable y el producto secundario de este efluente no ha sido tan atendido ni considerado para su tratamiento. Y debe hacerse porque hace aportes de elementos extraños a la naturaleza y tiene una carga de materia orgánica e inorgánica importante, que le demandan un esfuerzo al ecosistema para degradarse a lo largo del tiempo”.

También insistió que “se trata de un efluente, como otros tantos; con características propias: Pero, no tiene las características que habitualmente se denominan como metal pesado, no estamos hablando de eso. Pero sí es un efluente de un nivel medio y se podría tener en cuenta y tratarlo por los volúmenes que genera como desecho”.

Por último, respecto si los desechos están dentro de algún parámetro legislado, Dorati reconoció que “no tenemos información concreta de análisis de ese efluente en lo cotidiano. Pero, en general este tipo de desecho tiene una alta demanda química de oxígeno (DQO) y una demanda moderada bioquímica de oxígeno (DBO); independientemente del contenido del aluminio que algunas reglamentaciones lo consideran y otras no. Si se lo analiza estimativamente, considerando el volcado en un arroyo, para la legislación de la provincia, muy probablemente esté por encima de los valores admitidos”.

 

Para tener en cuenta

 

* Según la Licitación Pública N° 16/18, la Municipalidad adquirió 450 toneladas de Policloruro de Aluminio al 18 por ciento de Óxidos Útiles de Aluminio. Y se estima que hay tres compras anuales.

 

* La planta de Gualeguaychú potabiliza un millón de litros por hora de agua, de los cuales entre un cinco y un ocho por ciento son desechos que van al río sin tratamientos previos.

 

* Los barros de la planta son desechados por el Canal Clavarino, que desemboca en el Arroyo Gaitán y luego al río Gualeguaychú.

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