El Antón Pirulero del Frente de Todos en Buenos Aires

El Antón Pirulero del Frente de Todos en Buenos Aires

En medio de la interna y con la campaña en marcha, cada tribu atiende su juego. Motivaciones y estrategias de Kirchner, Massa, Kicillof, Insaurralde y el Evita.

"Antón, Antón,

Antón Pirulero,

cada cual, cada cual

que atienda a su juego,

y el que no, y el que no

una prenda tendrá."

(Canción infantil)

Como en la canción infantil Antón Pirulero que, seguramente, la dirigencia peronista tarareó alguna vez, en el Frente de Todos (FdT) bonaerense cada cual atiende su juego. En efecto, en las últimas semanas, cuando la interna del kirchnerismo duro con el albertismo parece haber entrado en una meseta, cada tribu activó su propio camino en la campaña prematura rumbo a 2023: Máximo Kirchner hizo su demostración de fuerza y reactiva el PJ; Sergio Massa juega su juego de mediocampista, siembra candidaturas y prepara su plataforma de despegue en la carrera presidencial; Axel Kicillof altera su estrategia vincular con el intendentismo y redobla su presencia en territorio para mostrar gestión; Martín Insaurralde, el jefe comunal desembarcado en el Gabinete, fortalece un armado territorial y encabeza reuniones seccionales; el Movimiento Evita, más albertista que nunca, realiza congreso provincial y nacional para plantar postura.

Pese a las esquirlas de la guerra en curso, la aparente meseta en la que entró la interna habilitó a la dirigencia de cada tribu a sacar el punto muerto y trazar sus estrategias con la certeza de que, como pinta la cosa, crecen las chances de que las diferencias deban dirimirse en una interna.

Después de la carta-bomba de renuncia a la presidencia de bloque en Diputados y llevar la crisis del FdT al pico de tensión, Kirchner se guardó. Con el trámite legislativo saldado, el hijo de la vicepresidenta mostró fuerza en la movilización del 24 de marzo y volvió a activarse abrazado al PJ bonaerense que preside. Siguió de cerca la elección interna, donde La Cámpora, aliada con el massismo y con intendentes, obtuvo importantes triunfos, y comenzará ahora a concretar sus promesas de renovación del partido. Encabezará reuniones partidarias, pero también con empresarios, comerciantes y miembros de la sociedad civil. El PJ será el ámbito desde donde buscará comandar y ordenar la política bonaerense en la antesala de la pelea grande de 2023.

Apenas finalizó la ardua tarea de juntar los votos para aprobar el entendimiento con el FMI en el Congreso, Massa sacó del stand by en el que había puesto al Frente Renovador y le puso fecha al congreso nacional que servirá de plataforma para su virtual lanzamiento de candidatura a la presidencia: será el 23 y 24 de abril en Mar del Plata. En la previa, activó reuniones seccionales de donde salen definiciones políticas, como la necesidad de establecer los candidatos para cada distrito e incluso candidatos propios para gobernador. Ya hay una terna de nombres en danza. En simultáneo pide volver a abrir locales del FR en los distritos y trabaja para volver a exhibir la identidad de su partido y posicionarse como el representante de la avenida del medio, tanto en la grieta con la oposición como en la guerra interna.

Kicillof comenzó a implementar una nueva estrategia que combina política y gestión. Cambió las reuniones multitudinarias con intendentes por reuniones personales y a solas donde se habla de todo y busca afinar la sintonía con los dueños y dueñas de los votos; discute necesidades e intenta llevar respuestas a los problemas de gestión que le plantean. En la misma línea, sumará kilómetros recorriendo distritos para mostrar, después de dos años difíciles para gestionar debido a la pandemia, que la obra pública ya está en marcha.

Pese a que comanda el Gabinete de Kicillof, Insaurralde su mueve con autonomía. En el último tiempo encabezó reuniones seccionales a las que suele acompañarlo el ministro de Infraestructura, Leonardo Nardini, otro intendente con pedido de licencia. El primer encuentro fue en la Segunda sección y el siguiente, en la Cuarta. En esos mitines reúne intendentes, legisladores y otros dirigentes y se muestra como uno de los armadores del peronismo bonaerense.

También el Movimiento Evita, alineado con el presidente Alberto Fernández, hace su juego. Días atrás, la organización social encabezada por Emilio Pérsico y Fernando Navarro reunió a los 48 concejales que tiene en territorio bonaerense. El encuentro fue en Moreno, único distrito que gobierna, a través de Mariel Fernández. Como adelantó Letra P, el Presidente le dará al Evita una estructura ministerial, para dirigir la economía popular. Con ese envión, el 23 de abril tendrá su congreso en Buenos Aires, que se desarrollaría en San Martín. Luego, tendrá el congreso nacional, el 7 de mayo. Aún resta definir si será en Santiago del Estero o también en Buenos Aires.

Pese a que una parte mayoritaria del Frente de Todos es consciente de que es fundamental llegar unidos a 2023, cada tribu está pensando en cuidar lo propio y para eso despliega diferentes estrategias para llegar lo mejor parado posible a la discusión por las candidaturas. Consultado por este medio sobre los motivos de este armado fraccionado entre los socios de la alianza, un referente del massismo explica que, en su caso, lo que están haciendo es fortalecer y exhibir lo que tienen en la provincia, “plantar bandera”, dice, para cuando llegue el momento de discutir las alianzas y la estrategia para la pelea en 2023.

En el Movimiento Evita piensan diferente. “Nosotros no estamos armando por nuestra cuenta. Creemos en la necesidad de la unidad. Si el Presidente no llega bien al 23, no llega bien nadie”, explica y apunta: “En cambio, hay otros que dan por perdida la elección y quieren salvar lo propio, nosotros no damos nada por perdido”.

En el intendentismo justifican las jugadas propias. “Mientras arriba se tiran con todo nosotros tenemos que garantizar nuestros distritos, somos los que estamos en el cara a cara con la gente, hay que dejarse de joder y hablar de lo que le importa a la gente, en dar ese mensaje estamos nosotros”, afirma un intendente del conurbano a Letra P.

Dirigentes cercanos al gobernador explican que la estrategia de Kicillof de sentarse mano a mano con los referentes territoriales se debe a que “el trato directo con los intendentes es la mejor manera de aceitar la gestión y que la provincia pueda mostrar lo que está haciendo y, así, lograr otro mandato para hacer todo lo que vinimos a hacer”, dicen.

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