La alimenticia Arcor invertirá cera de USD 300 millones anuales en un proyecto de expansión internacional.

Es parte de la alianza que estableció con la gigante estadounidense Ingredion Incorporated.

La empresa argentina acordó con la estadounidense la creación de una nueva sociedad para abastecer un mercado estratégico.

Es en el negocio de soluciones de ingredientes para la industria de alimentos y bebidas.

A pesar de las inversiones millonarias en el extranjero, la alimenticia mantiene incumplimientos con los trabajadores locales.

Inversiones a futuro

El gigante de Arroyito tendrá el 51% del paquete accionario de la empresa.

Sin embargo la firma con sede central en los Estados Unidos se quedará con el 49% restante.

Para ello, la alianza comprende una facturación anual estimada de más de u$s 300 millones.

Arcor busca extender su presencia geográfica y la capacidad comercial en la oferta de ingredientes para el mercado en la Argentina, Chile y Uruguay.

El acuerdo ya fue autorizado por el directorio de cada compañía y está sujeto a la aprobación de los organismos gubernamentales de control.

Arcor, como otras alimenticias, pudo prosperar a pesar de la pandemia, gracias al sacrificio de las trabajadoras y trabajadores que, aún a costa de poner en riesgo su salud y la de sus familiares, cumplieron con sus responsabilidades para evitar el desabastecimiento.

Así, el principal productor alimenticio del país llega con su marca a más de 100 países.

En tanto, Ingredion aportará sus operaciones de la Argentina, Chile y Uruguay.

Esto incluye dos fábricas ubicadas en las localidades bonaerenses de Chacabuco y Baradero.

¿Y los trabajadores?

De esta manera los trabajadores quedaron a la expectativa de mejoras que hasta el momento no llegaron.

Es que la empresa incumple con el pago de bonos y retacea mejoras salariales.

Desde el Sindicato de la Alimentación (STIA) está tras los pasos de Arcor desde el inicio de la pandemia cuando los trabajadores alimenticios fueron declarados esenciales.

Las grandes alimenticias no vieron afectada su capacidad de negocio pese al Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio que afectó la vida de millones de argentinos.

Arcor, como otras alimenticias, pudo prosperar a pesar de la pandemia, gracias al sacrificio de las trabajadoras y trabajadores que, aún a costa de poner en riesgo su salud y la de sus familiares, cumplieron con sus responsabilidades para evitar el desabastecimiento.

Hoy, pese a que la pandemia de Covid-19 parece estar controlada, es desabastecimiento es una realidad; pero no por la falta de compromiso de las trabajadoras y trabajadores, sino por la avaricia de las empresas oligopólicas que quieren imponer precios y desabastecen para presionar al gobierno y los consumidores.