El armado de un frente no peronista agita las internas en la oposición

El armado de un frente no peronista agita las internas en la oposición

Con distintos argumentos, dirigentes de la UCR, el PRO y el PS rechazan la iniciativa impulsada por la cúpula del radicalismo.

La posibilidad de un frente de frentes opositor que aglutine a todo el no peronismo no sólo divide el campo político santafesino: también agita las aguas dentro de los diferentes partidos. Por derecha y por izquierda, radicales, macristas y socialistas plantean un esquema de vetos cruzados, en el que subyacen abismos ideológicos y lecturas divergentes de la etapa, pero también cálculos concretos sobre cuotas de poder interno, electoral e institucional.

Esta semana, una de las novelas del verano político santafesino sumó un nuevo capítulo: dirigentes de prácticamente todas las tribus radicales, encabezados por el presidente del partido en la provincia, el ex vicegobernador Carlos Fascendini, se trajeron de Buenos Aires la bendición del presidente del comité nacional de la UCR, Alfredo Cornejo, a la estrategia ecuménica.

El sector que sostiene la resistencia a la alianza con el PRO es Radicales Libres. Las diferencias son tanto metodológicas como políticas. “No coincidimos en la forma en que están actuando los sectores mayoritarios del radicalismo —dijo a La Capital el diputado provincial Fabián Oliver—. Se pusieron de acuerdo con un sector del PRO y dijeron ‘si quieren venir vengan y sino vean qué hacen?”.

En el grupo que integra también la presidenta del Concejo municipal de Rosario, María Eugenia Schmuck, remarcan que la estrategia electoral debe definirse en la mesa de la coalición que gobernó la provincia entre 2007 y 2019. Allí los radicales frentistas se entusiasman con varias señales de los últimos días. “Además de Miguel Lifschitz, otros actores importantes y emergentes del frente, como Emilio Jatón y Pablo Javkin, dijeron que van en otra dirección”, indicó Oliver.

“No sabemos a quién le está hablando ese grupo de dirigentes radicales —fustigó el ex intendente de Santo Tomé—. Además, no se entiende por qué si el Frente Progresista era una herramienta de transformación ahora dejó de serlo”.

Por su lado, la iniciativa de la UCR también genera chispazos en el PRO. El sector mayoritario, liderado por Federico Angelini, avala la idea, pero el espacio de Roy López Molina se opone.

Si para Radicales Libres la cúpula partidaria pretende arrastrar a la UCR a Juntos por el Cambio, en el PRO anida la lectura inversa, pero convergente. “Algunos dirigentes buscan llevarnos al socialismo, ese es el verdadero tránsito”, analizó el vicepresidente del Concejo rosarino.

Por el contrario, López Molina lee que JxC tiene una gran oportunidad para fortalecerse y consolidarse como un espacio de oposición en vistas a 2023. “Tenemos que mantenernos fieles a nuestros principios y valores —consideró—. Y a diferencia de otros momentos, tras la victoria del peronismo quedó un espacio de pie, con identidad”.

Diferencias

De todos modos, el camino del frente XXL aparece plagado de obstáculos. El principal es el rechazo del PS, con diferentes argumentos e intensidad según a quién se consulte.

“El frente de frentes implicaría una alianza con Cambiemos, los grandes responsables de la destrucción de la Argentina en los años de (Mauricio) Macri —disparó el ex diputado provincial Eduardo Di Pollina, referente de la corriente Bases—. Es la derecha conservadora que representa al establishment y que está en las antípodas del proyecto político de centroizquierda del socialismo”.

El PS atraviesa un momento particular: el 18 de abril debe renovar autoridades partidarias, por lo que las discusiones también están atravesadas por este factor. A nivel nacional, ya se anotaron tres candidatos para la presidencia: Mónica Fein, Roy Cortina y el propio Di Pollina. En Santa Fe, se inscribió la diputada Claudia Balagué, el sector de Lifschitz apuesta a que renueve mandato el diputado nacional Enrique Estévez y desde el espacio de Antonio Bonfatti hicieron saber que si no hay unidad también jugarán.

En este marco, Di Pollina evitó contestar si cree que el rechazo de Lifschitz a la alianza con el PRO es por convicciones o un silencio táctico antes de las elecciones partidarias, pero deslizó: “No creo que todo lo que está circulando en la prensa sea un invento del periodismo, debe haber elementos objetivos”.

En los distintos campamentos coinciden en que el frente de frentes tal como está planteado se terminará diluyendo. De vuelta, hipótesis diferentes que coinciden: unos argumentan que la polarización se acentuará, y será entre el peronismo y Juntos por el Cambio; otros, que habrá espacio para una tercera fuerza.

También acuerdan en otro punto: hay que ensanchar las coaliciones. López Molina cuestionó a los “radicales S (por el socialismo) que, sin votos, vienen a Juntos por el Cambio a salvar la ropa” y ubica en su radar a “sectores celestes, Amalia Granata, liberales, peronistas federales”. En el FPCyS, por el contrario, miran hacia el otro hemisferio y se entusiasman con sumar sectores progresistas y peronistas desencantados con Perotti, pero también referentes de la sociedad civil.

Definiciones

Aunque el armado del gran frente opositor parezca hoy una arquitectura compleja, los dirigentes del PRO, el PS y la UCR se mostraron dispuestos a jugar fuerte en cualquiera de los escenarios.

“Estamos abocados a la evolución del proceso democrático del partido y quien conduzca le pondrá su impronta al marco de alianzas, pero analizaremos los elementos de la realidad y tomaremos las decisiones que nos toque asumir”, advirtió Di Pollina.

López Molina, que recorre el territorio provincial con el ex intendente santafesino José Corral para fortalecer su posición en la interna de Juntos por el Cambio, adelantó que “si no hay unidad hay competencia”.

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