Avellaneda y Lanús: clausuras de ACUMAR tras el olor a grasa en Valentín Alsina

Avellaneda y Lanús: clausuras de ACUMAR tras el olor a grasa en Valentín Alsina

Una conocida curtiembre lanusense y una satinadora de Avellaneda arrojaban sus desechos al Riachuelo. Las multas pueden llegar a los dos millones de pesos. Una no acató otra clausura.

 

D urante una ronda de las inspecciones de rutina, la Patrulla Ambiental de ACUMAR -Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo- detectó vuelcos clandestinos y descargas ilegales en los desagües pluviales que contaminaban el curso de agua y produjo varios procedimientos, dos de ellos en Lanús, también con participación de la comuna. El otro fue en Avellaneda.

“Levantamos los registros pluviales de la calle Otamendi y comprobamos que los vuelcos venían parcialmente de una empresa. Después, ingresamos y pudimos constatar que la fábrica era la que estaba volcando de manera ilegal. Se clausuró y se imputarán infracciones”, expresó el coordinador de Fiscalización de ACUMAR, Guillermo Strilker.

Además, la Autoridad de la Cuenca también procedió a la clausura de la empresa satinadora en Avellaneda. “Allí detectamos la misma medición de PH ácido que en el pluvial producto del vuelco ilegal así que hicimos una clausura preventiva sobre ese sector de la empresa”, continuó Strilker.

Cabe recordar, que luego del caso de la grasería denunciada en Valentín Alsina -que al final no era la olorosa- , le toco el turno, nuevamente, a la curtiembre Gaita que fue clausurada por personal de la ACUMAR “al constatarse que la empresa dedicada a la confección de cueros había roto una clausura anterior y por contaminar el Riachuelo”, precisó un informe.

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Caminata de repudio a rellenos de humedales de la ribera

La clausura se dio mientras se investigaba la causa de un fuerte olor que invadió buena parte de Área Metropolitana. Si bien el origen del mismo era una fábrica de aceites, grasas y margarinas que luego se comprobó su forma de funcionamiento, en el mismo operativo se registró la actividad ilícita de Gaita que ya estaba en la mira.

Según se informó, la empresa de cueros rompió una clausura preexistente y siguió funcionando, emitiendo efluentes fuera de los parámetros permitidos. Gaita se encarga de realizar el proceso de transformar las pieles en cuero, pero no cuentan con planta de tratamiento y los efluentes contaminantes van directo al Riachuelo. Utilizan cromo y ácido sulfúrico que pueden generar fuertes olores.

La Patrulla Ambiental, volvió a clausurar la planta, colocar los precintos, realizar un acta y tomar muestras de los líquidos para ser analizados en laboratorio.

Gaita está catalogada como agente contaminante, fue intimada para readecuar sus procesos productivos, y ya había sido clausurada en varias oportunidades. La multa que se aplicará sobre la empresa, una vez que se ratifique todo lo marcado por los inspectores, superará los 2 millones de pesos, afirmaron desde el organismo ambiental.

Parque Curtidor en Lanús

Para combatir este tipo de problemas que puede generarse por fallas en una curtiembre, y siendo uno de los rubros más importantes en la Cuenca Matanza Riachuelo, es que en conjunto con el Municipio de Lanús y el Banco Mundial se trabaja en la construcción del Parque Industrial Curtidor de Lanús (PIC).

El PIC comenzó a construirse luego de muchas gestiones a fines de 2018 y se espera que hacia fines de 2020 esté listo para recibir, en sus 22 lotes a las firmas que se mudarán al predio para comenzar a operar desde allí en forma normal.

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