Baldíos, hospitales y escuelas, focos constantes de basurales

Baldíos, hospitales y escuelas, focos constantes de basurales

Los vecinos usan los predios y los alrededores de edificios públicos para arrojar todo tipo de residuos.

El problema de los residuos parece no tener fin en Villa Mercedes. A pesar de los intentos del Municipio de erradicarlos de forma definitiva, los basurales clandestinos vuelven a emerger y toman como blancos predilectos a los terrenos baldíos y predios que hay en los barrios, pero también crece el uso de los hospitales, escuelas y edificios públicos para arrojar los desechos.

 

Paradójicamente, uno de los focos constantes está pegado a uno de los lugares más importantes para la sanidad de la ciudad y la región. En la parte trasera del Policlínico "Juan Domingo Perón", por la calle Jujuy desde Bélgica hasta Europa, los desechos domiciliarios se amontonan a diario. El responsable de la Subsecretaría de Servicios Públicos, Daniel Desotti, explicó que por lo menos una vez por semana deben pasar con los camiones para retirar todo lo que arrojan los vecinos del barrio Los Acacios, que colinda con el nosocomio.

 

"Estamos analizando poner una cámara para observar quiénes son los que tiran, pero ya se ha vuelto un microbasural emblemático. Lo limpiamos y lo vuelven a ensuciar", señaló.

 

Pero las máquinas se encuentran con un panorama similar en los alrededores de otros centros de salud y en algunas instituciones educativas.

 

En los operativos que el Municipio hizo hace dos semanas en La Ribera, las cuadrillas detectaron que el predio del Hospital "Suárez Rocha" también suele convertirse en un depósito de los residuos de los habitantes de la zona. En el mismo barrio, la escuela "Mahatma Gandhi" y el terreno deportivo del Club Unión y Libertad corren con la misma suerte.

 

"Es algo que estamos viendo en varios colegios. Como en estos momentos están cerrados, algunos de los vecinos se meten y arrojan su basura contra los paredones, porque saben que los vamos a limpiar", admitió.

 

El funcionario dijo que en las recorridas con las maquinarias que realizan, levantan todo tipo de objetos y elementos, pero que "nada tiene que ver con la limpieza del pavimento", como materiales de construcción, restos de poda, ramas, tierra y restos que quedan de "las tareas que hace el ciudadano en su casa y arroja a la calle para sacarse el problema de encima, muchas veces en los espacios verdes", indicó.

 

Un equipo de El Diario recorrió la zona este de la ciudad, en algunos de los barrios periféricos donde suelen concentrarse los problemas más frecuentes con los residuos, como el San José, el Eva Perón I y II y el Güemes, entre otros.

 

Y los montículos de basura aparecen en múltiples lugares. En algunos casos, los menos graves, son pequeños montones de césped o ramas que han quedado después de podas o de limpiar las veredas. Pero en otras ocasiones, se puede observar cómo los baldíos se convierten en verdaderos depósitos de todo tipo de materiales, en los que hay plásticos, botellas, bolsas, paquetes, latas, sobras de alimentos, chatarras y más, que desprenden un olor nauseabundo.

 

Desotti aclaró que hay una buena parte de la población que respeta la higiene y las normas. "Hay un 80 por ciento de la gente que tiene mucha conciencia, pero ese 20 por ciento que tiene desapego hace que el impacto visual sea tan grande que parece que no se limpiara", lamentó.

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