En los depósitos, en las logísticas, detrás de los camiones, en los supermercados, en los shopping, en los comercios, en las farmacias, en los laboratorios, en los hospitales y clínicas, en los country, en las fábricas, en los puertos, en los aeropuertos, en los bancos, en los caudales, en los canales de televisión, las emisoras de radio, en las imprentas de los diarios, donde se ven y también dónde no se ven, en todos lados está la seguridad privada. A pesar de ser una actividad cuya transversalidad cruza a todos los rubros del país, los trabajadores de seguridad resultan invisibles para muchos. Curiosamente, esa "ceguera" de los que no nos ven (o prefieren no vernos) afecta no solo a una parte de la sociedad sino, también a los medios de comunicación y sobre todo, a los organismos de control, óseaaquellos que deberían fiscalizar que una actividad esencial, estratégica y de alto interés público cumpla con las normas y leyes, parece que miraran para otro lado y la pregunta inevitable es ¿Por que? ¿Que pasa con las empresas de seguridad que no respetan ni las leyes laborales ni las leyes que las regulan? La seguridad privada está reglamentada en la Provincia de Buenos Aires por la ley 12297, en CABA por la ley 1913 y por otras leyes en sus respectivas provincias, en ellas se especifican los requisitos para trabajadores y empresas: básicamente, lo que se puede hacer y lo que no.

Si usted es un lector que desconoce las normas que regulan la seguridad privada, lo invitamos a realizar un simple ejercicio para que saque sus propias conclusiones: el artículo 17 de la ley 12297 de seguridad privada de la provincia de Buenos Aires establece que "todos los vehículos afectados a la actividad de la seguridad privada, deberán ser de color rojo". Ahora, párese en la puerta de su casa o de su trabajo y fíjese cuántos móviles de las empresas de seguridad cumplen con esa normativa. Esos mismos móviles también pasan delante de los organismos encargados de fiscalizar a las empresas de seguridad pero son "invisibles" ¿Por que?

Este ejemplo mínimo es uno de los menos problemáticos en nuestro rubro: la realidad es que el 95% de las empresas del país no cumplen, o cumplen a medias, con los requisitos básicos para funcionar y aún asi lo hacen igual. Pero vayamos más aun a la cuestión de fondo: el 95% de las empresas de seguridad no respetan las leyes laborales, ni los decretos, ni las resoluciones impuestas que regulan las condiciones de trabajo. La impunidad de estás empresas de seguridad llega a tal punto que "fabrican" sus propias leyes y normas. Hacen caso omiso al Convenio Colectivo de Trabajo, a la Ley de Contrato de Trabajo, y a toda ley o norma que aplique a cualquier trabajador de la República Argentina, son empresas que operan totalmente en negro, estafando al fisco, a sus empleados y hasta a los clientes que las contratan, sumado a esto trabajadores sin obra social y con una conducción gremial de más de 30 años sostenida por un puñado de “talibanes” autodenominados "soldados" y "guerreros" y un poder externo que la solventa, conducción que es repudiada por el colectivo de trabajadores. Así la lista podría seguir y se agrava mucho más en el interior del país.Otra vez la pregunta inevitable es: ¿Por qué?

Esta situación no pasa inadvertida para nosotros, situación que denunciamos sistemáticamente y sistemáticamente pareciera caer en un saco sin fondo, y nos volvemos a preguntar: ¿Que pasa con las empresas de seguridad privada? ¿Que intereses esconden las cámaras que las nuclean? ¿Habrá intereses políticos de gobiernos pasados que intervienen en la actividad y esa intervención recae sobre las conducciones gremiales cómplices de está situación?La renovación sindical que algunos segmentos proponen: ¿Será tal o en realidad operan con un color político distinto al que dicen representar?, ¿Porque hay sectores que deciden hacer "la vista gorda" ante semejantes irregularidades?

Hay muchos interrogantes y pocas respuestas. Al menos, hasta ahora, hubo muy pocas respuestas para los trabajadores. Respuestas que comenzaremos a exigir a quien corresponda desde el Bloque Nacional de Seguridad Privada, bloque que nace de la unión de los dos gremios más importantes del país: el S.U.T.C.A. de Christian López y la U.P.S.R.A. de Leónidas Requelme. Vamos por todo. Vamos por todos.