CABA: más de 200 estudiantes y jóvenes precarizadas en asamblea virtual con Pan y Rosas

CABA: más de 200 estudiantes y jóvenes precarizadas en asamblea virtual con Pan y Rosas

Más de 200 paticipantes debatieron cómo continuar la lucha por los derechos de las mujeres y la diversidad tras conquistar el aborto legal.

Estuvieron presentes jóvenes precarias, estudiantes de la Universidad de Buenos aires, UTN y UNA, de terciarios y secundarios; trabajadoras en lucha, como Ayelén Córdoba, de la tercerizada de Aerolíneas Argentinas GPS; Katy Balaguer, dirigente del PTS y despedida de PepsiCo; Nicole, integrante de la Comisión de mujeres de Guernica y Sol Bajar, editora de la sección de Géneros y Sexualidades de La Izquierda Diario.

La Asamblea, convocada para debatir sobre los desafíos que deja planteada la conquista del aborto legal, comenzó con las palabras de Brenda Hamilton, Consejera directiva en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA y referente de Pan y Rosas, contando su experiencia como parte de la marea verde que arrancó en 2015 con el Ni Una Menos y en 2018 se profundizó en las escuelas, universidades y lugares de trabajo por el aborto legal. “Nunca nos regalaron nada: lo ganamos nosotras, en las calles y organizadas”, destacó.

En su recorrido, Brenda recordó que los antiderechos “están en todos los partidos mayoritarios. Se vio en 2018 con el rechazo en el Senado y en 2020 con muchos diputados, senadores y hasta jefes de bloques votando contra la ley”. Los únicos que tuvieron una votación consecuente, además de una participación activa en las movilizaciones, fue el Frente de Izquierda junto a Nicolás del Caño y Myriam Bregman. Y lo mismo planteó por los centros de estudiantes y sindicatos, que no tuvieron participación destacada en esta lucha por decisión de sus conducciones, como se vio en los gremios docentes o facultades como Ciencias Sociales, Medicina, Económicas entre otras.

Miles volvieron a la calle, a pesar de eso. “Pensemos lo que sería si fueran verdaderos espacios de organización para ir por todos los derechos de las mujeres”, dijo Brenda y siguió: “nos hartamos de ver cómo los gobernadores peronistas y cambiemitas obligaron a niñas de 11 años a parir, de ser siempre las que tienen los peores laburos y de que ataquen a nuestras jubiladas y a las mujeres que perciben la AUH como vimos con la nueva reforma previsional de Alberto Fernández, que se votó el mismo día en que el Senado aprobó el aborto, a pedido del FMI”.

“No podemos dejar de mencionar que el gobierno de Alberto y Cristina acordó con estos sectores reaccionarios la objeción de conciencia. Es lo que habilita a regiones y provincias enteras se declararen objetoras de conciencia, restringiendo el acceso al aborto legal seguro y gratuito para las mujeres más pobres y jóvenes que seguirán pagando las peores consecuencias”.

Distintas trabajadoras y estudiantes se fueron anotando para hacer uso de la palabra. Prendieron su micrófono trabajadoras de la salud contando sus experiencias como residentes, viviendo de cerca las consecuencias de la clandestinidad. Algunas contaron que las movilizaciones, los debates con sus amigas y activistas de esta lucha, las hicieron estar a favor de este derecho. También se destacó el rol de las iglesias en las provincias, evitando que se de educación sexual integral en las escuelas, además de reproducir la idea de que las mujeres no tenemos derecho a disfrutar plenamente de nuestros cuerpos, estigmatizando el uso de anticonceptivos en la juventud y el disfrute de la sexualidad.

Ayelén Córdoba, trabajadora aeronaútica de la empresa tercerizada de Aerolineas Argentinas GPS, habló de la lucha que llevan adelante: “yo soy parte de la marea verde y así como peleo por aborto legal, también lo hago por nuestros derechos como mujeres trabajadoras”, afirmó.

Es que ella como tantas otras y otros, están enfrentando ataques a sus salarios y con suspensiones y despidos por parte de estas empresas, cuando sus trabajadores han sido esenciales en la pandemia. Aprovecharon la crisis sanitaria para avanzar sobre las condiciones laborales, en complicidad con el gobierno.

Con una invitación especial, Ayelén contó que este martes 19 de enero realizarán un corte por sus condciones de trabajo, y destacó que muchas son mujeres, madres y jefas de hogar. “Vamos a exigir el cese de las rebajas salariales y que se cumplan los derechos sindicales, porque persiguen por haber puesto en pie Comisiones de higiene y salubridad para hacer cumplir los protocolos y por cuestionar la precarización laboral”. “A las empresas les molesta la organización que surge desde abajo mientras los sindicatos le dan la espalda a los trabajadores”, enfatizó.

El chat de zoom se llenó de apoyo, la lucha de las aeronáuticas tanto de GPS como de LATAM, y todas las presentes se comprometieron a ser parte de esta movilización.

En sintonía con lo que planteó Ayelén, intervino una estudiante de Filosofía y Letras contando que en su trabajo la despidieron tras contagiarse allí de COVID. Otras compañeras plantearon que tienen que hacer malabares para poder trabajar, estudiar y ocuparse de sus hijes ya que no se garantiza el acceso a jardines materno-paternales en los trabajos ni en los lugares de estudio.

Luego, siguió Nicole, integrante de la comisión de mujeres de Guernica, que contó que estuvo con sus compañeras el 29D en Congreso apoyando para que salga la ley. También contó sobre su experiencia en la escuela en Jujuy, donde la iglesia tiene un lugar predominante y alentado por gobernadores de todos los partidos.

La experiencia de Guernica, dejó importantes lecciones: es necesaria la organización para la pelea de los derechos, como la que conquistaron con la comisión de mujeres de Guernica, enfrentando la represión de Sergio Berni, y que aquellos que se llenan la boca hablando de los que menos tienen durante las campañas electorales -como Axel Kicillof y Estela Díaz-, después no les tiembla el pulso para dejar en la calle a mujeres víctimas de violencia de género y familias enteras. Entre trabajadoras y estudiantes seguirán peleando por “ni una menos sin vivienda”, sostuvo.

Luego de ella se sumaron a contar sus testimonios distintas trabajadoras precarizadas, que son parte de La Red, una organización que coordina entre distintas ramas laborales a los que más sufren la precarización. La pelea por trabajo con derechos para todas, que se termine la violencia machista que se expresa en menor salario que los varones, por tener acceso a una vivienda y salud de calidad, resonó en las intervenciones. Se insistió en que una forma de organizarse es crear comisiones de mujeres en los trabajos y en los barrios.

Sol Bajar, dirigente de Pan y Rosas y parte de la sección de Género y Sexualidades de La Izquierda Diario, destacó entre otras cosas que “en los próximos días, todas las personas deberían poder acceder a la práctica y todas las presas quedar en libertad. “No es la ley que peleamos pero es un hecho histórico, para Argentina y la región, que es una de las más restrictivas del mundo”, dijo.

“Como hicieron ante la conquista de otros derechos, como el divorcio, el matrimonio igualitario o la ESI, las cúpulas de las iglesias y sus representantes políticos -que estuvieron a la cabeza de obstaculizar que sea ley-, ahora buscarán impedir que se implemente. Muy lejos del ‘fin de una historia de lucha’ y de la ‘caída del patriarcado’, de la que habló Fernández al promulgar la ley, este tiene que ser sólo el inicio de una pelea que hay que profundizar”. “Unir a la fuerza de marea verde con la de las trabajadoras en lucha y apoyar a las que hoy se levantan en otros lugares del planeta, como Chile, donde comenzó a debatirse la despenalización de la práctica, es clave”, señaló.

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Por último Katy Balaguer, dirigente del PTS y despedida de Pepsico planteó que “no se está en un momento cualquiera. El gobierno nacional, está organizando la economía según los pagos de la deuda al FMI, y eso significa enormes robos y ataques a las y los trabajadores”. Contó su experiencia cuando entró a la fábrica de muy joven, y que enseguida comenzaron a organizarse entre las mujeres. Hasta escribieron un suplemento propio, “Nosotras”, que contaba la violencia machista que vivían en cada lugar y las luchas que daban. “Todos esos aprendizajes, sirven para pensar cómo organizarnos hoy, porque los derechos que conquistamos no son permanentes, tenemos que defenderlos, pero también tenemos que cuestionar más allá, la explotación y la opresión que nos imponen a millones de personas mientras unos pocos se enriquecen incluso en un momento tan crítico como la pandemia”.

Al cerrar se realizó un pañuelazo y se votaron las diferentes propuestas que se fueron planteando, y también se recibió saludos internacionales de distintas mujeres de Pan y Rosas de otros países.

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