Julián Domínguez asumirá el lunes 20 de septiembre como ministro de Agricultura, con una gestión que buscará ser garante del ingreso de dólares, ante la necesidad de incrementar el gasto público. De cara a las elecciones de noviembre, el Gobierno priorizó renovar el Gabinete con funcionarios de experiencia en la administración pública. El oriundo de Chacabuco ya ocupó el cargo entre 2009 y 2011, y entre sus principales desafíos apuntará a dotar de volumen político a la cartera agropecuaria y abordar temas de agenda, como las restricciones a las ventas externas de carne vacuna.

 

Tras conocerse la noticia, las reacciones oscilaron entre la cautela y el optimismo. Las gremiales del campo esperan que retome el diálogo con la Mesa de Enlace, mientras que el complejo agroexportador sostuvo que el organismo "dejará de ser secundario y pasará a ser un actor principal", según reconocieron a BAE Negocios voceros de esa cadena de valor.

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Con su designación, la Casa Rosada dotará de un mayor peso político a quien será el encargado de diagramar tanto la agenda de medidas vinculadas al campo, como de abrir el juego con los directivos rurales. Domínguez llega al primer piso de Paseo Colón 982 en una situación que guarda cierta similitud con su gestión anterior.

Cuando asumió en octubre de 2009, con Cristina Fernández de Kirchner en la Presidencia, el oficialismo venía de perder las elecciones legislativas y todavía sufría los cimbronazos del conflicto por las retenciones móviles. En su primer mandato al frente de la cartera agropecuario, el poroto de soja cotizaba 337,3 dólares la tonelada, y ahora comenzará su gestión con el grano a 471,8 dólares.

El nuevo ministro ya recibió un guiño del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), que con altibajos ha sido uno de los interlocutores de peso con las autoridades nacionales. Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), señaló en declaraciones radiales que durante su gestión, Domínguez "implementó un plan estratégico con visión de futuro, es una persona de diálogo con visión a favor de la producción y la tecnología".

El directivo se refirió al PEA 2020, que apuntaba a generar una serie de medidas para incrementar la producción primaria y agregar valor en origen. Si bien no llegó a materializarse, este programa sentó las bases para pensar en el largo plazo y presenta algunas similitudes con el proyecto presentado con el CAA, que busca una ley propia para el sector.

La llegada de Domínguez empezó a cobrar forma a partir de una serie de reuniones con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Según pudo reconstruir este medio, luego de esos encuentros, recibió la propuesta para desembarcar en Agricultura.

Uno de los primeros temas que deberá abordar el ministro es el conflicto generado a partir de la Resolución 408/21, que limita las exportaciones de carne con destino a China. Si bien el gremialismo rural descartó la posibilidad de una medida de fuerza, exigió respuestas sobre esta cuestión, como el caso del presidente de Federación Agraria Argentina, Carlos Achetoni. El otro tema sensible serán los derechos de exportación a los granos. En este punto, la Casa Rosada propuso en el Presupuesto mantener los actuales topes en retenciones hasta diciembre de 2024.

El flamante ministro comenzará su gestión con proyecciones récord de cosecha para la campaña 2021/2022, estimada en 130 millones de toneladas de acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) y un ritmo sostenido de liquidación de divisas, que en los primeros ocho meses del año llegó a 23.229 millones de dólares, de acuerdo a estadísticas de los exportadores.