La carrera de Juntos por el Cambio, como Los Autos Locos

La carrera de Juntos por el Cambio, como Los Autos Locos

Juntos por el Cambio tiene varios candidatos de peso para la provincia. Todos reclaman un puesto, pero compiten por el premio mayor: El sillón de Dardo Rocha. Por Gonzalo Ochoa Martínez.

La interna de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires es una carrera entre varios candidatos que, si bien ponderan la unidad del bloque, hacen todo lo posible para ser los que en 2023 encabecen la parrilla de largada para el Gran Premio Dardo Rocha.

Por el momento, lidera Penélope Glamour, más conocida como María Eugenia Vidal. La ex gobernadora sufrió una dura derrota en 2019, que la hizo retroceder algunos puestos. Luego de un tiempo alejada de la carrera política, recuperó terreno hasta tomar las riendas del armado bonaerense.

Desde Juntos por el Cambio todos la reconocen como la principal referente en la provincia, y esperan su definición para 2021. Era la candidata en las legislativas, pero su imagen creció y en las últimas semanas no descartó ir por la presidencia en 2023, espacio que parecía reservado para Horacio Rodríguez Larreta.

¿Será un desvío armado por los demás participantes para que pierda el rumbo en la carrera provincial, donde indiscutidamente es la más fuerte? ¿O finalmente intentará recuperar el cargo que le quitó Axel Kicillof?

Detrás de Vidal, varios candidatos esperan su chance. Los primeros en reclamarla fueron los intendentes PRO del Área Metropolitana Bonaerense. Pusieron primera rápido y formaron el Grupo Dorrego, para sumar contrapeso a Kicillof y dentro de su propio partido sostener el pedido de que el próximo gobernador de la provincia sea un intendente.

Los Hermanos Macana, Jorge Macri y Julio Garro, tienen mucho en común y repiten al unísono: “Me encantaría ser gobernador” mientras se cuidan de no chocar cabezas para terminar nuevamente en segundos puestos.

Los sobrevuela la amenaza del Barón Hans Fritz, alias Diego Santilli. Bajo el ala de Larreta construyó su propia imagen y se mide en el conurbano para dejar de ser “el segundo de”, y convertirse en protagónico.

Por ahora, el Stuka Rakuda todavía no aterriza en la provincia, pero se quedó sin pista en Capital Federal y su sombra es seguida por los demás contendientes, que no quieren ser sobrepasados.

El mejor auto, el Superheterodino, lo maneja Gustavo Posse. El Pedro Bello del conurbano tiene todos los recursos para ser el candidato ideal. Sin ir más lejos, el presupuesto de San Isidro –que no siempre se destina a las necesidades urgentes–, es la envidia de los demás participantes.

Aún así, no logra consolidarse como el líder que la alianza necesita, y está más preocupado por la interna radical que por las candidaturas del partido.

A bordo del Troncomóvil, Cristian Ritondo se mantiene en la pelea y también busca ser Gobernador. “Ojalá me toque”, dice. Aunque corre desde atrás, busca alianzas clave para pisar fuerte y espera que su amistad con Penélope Glamour lo haga subir al podio.

La que se abre paso a bombazos desde la Súper Chatarra Special es la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrio. Con declaraciones explosivas marca el ritmo de la carrera, aunque arrancó desde atrás y obliga al resto a revisar sus estrategias y pisar el acelerador.

Bajó desde Capital a la provincia para ser garante de las PASO, pero tensiona con el resto de los candidatos. El último misil fue dirigido a Ritondo, a quien tildó de traidor aliado a Sergio Massa y Máximo Kirchner.

Martín Lousteau también corre. A bordo del Auto/Súper Convertible, una creación propia e híbrida, no encaja naturalmente en ningún lado pero se adapta y convierte a lo que sea necesario para obtener un puesto en la alianza. El último invento: una alianza con Rodríguez Larreta.

La última posición, por ahora, la tienen Emilio Monzó y Joaquín de La Torre, con el Súper Perrari. Ambos se mantienen en carrera, pero son relegados de los principales lugares. Mauricio Macri le achacó a Monzó parte de su fracaso político en la gestión y consecuente derrota electoral.

Aunque lo consideran imprescindible armado bonaerense, su presencia es una “molestia” para la alianza, que mira con disgusto y como una trampa su coqueteo con el Frente de Todos.

El conductor del último auto es una incógnita. Sin nombres propios, lo único que se conoce sobre el piloto del Alambrique Veloz es que será “el candidato radical” y llegará desde el interior de la provincia, cuando la Unión Cívica Radical se digne a resolver su interna.

 

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