Las cavas no son balnearios: por qué son peligrosas

Las cavas no son balnearios: por qué son peligrosas

Desde hace varios años, ACUMAR trabaja para prevenir y concientizar a la población sobre los peligros de utilizar estos espacios como lugares de esparcimiento, también conocidos como tosqueras y canteras.

Las cavas pueden confundirse con lagunas naturales, por lo que algunos vecinos y vecinas se acercan a bañarse y hacen de estos sitios un lugar de ocio y recreación. Esto está estrictamente prohibido, por los peligros que representan para la salud.

¿Qué son las cavas?

Son excavaciones que pueden presentar materiales peligrosos en su interior y tienen una dinámica hídrica que los vuelve una trampa difícil de advertir. Se trata de grandes pozos o depresiones del terreno que se conformaron debido a la extracción de tierra y tosca. Suelen llenarse de agua, transformándose en grandes piletones que pueden ser muy riesgosos para la población.

La tierra es retirada por explotaciones privadas que, en algunos casos, exceden los niveles permitidos de extracción provocando el afloramiento del agua presente en la napa freática, lo que, sumado al aporte del agua de las precipitaciones, provocan la inundación de estos sitios.

¿Cuáles son sus peligros?

Estos sitios tienen características que las convierten en un problema serio para la población: taludes abruptos y su gran profundidad generada por la maquinaria pesada que extrae el suelo, acumulación no controlada de residuos y la proliferación de vegetación en sus márgenes, suelos inestables y corrientes internas, hacen que el riesgo de muerte por accidentes o ahogamiento sea muy alto. Por otro lado, el estancamiento de las aguas en estas condiciones puede derivar en la proliferación de vectores de enfermedades.

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