Cerraron 400 gimnasios y se teme por 70.000 puestos de trabajo

Cerraron 400 gimnasios y se teme por 70.000 puestos de trabajo

Los gimnasios no son considerados esenciales y con el aislamiento de más de 70 días su situación se vuelve insostenible. Los testimonios de la crisis y las estrategias para resistir. Tienen listo un protocolo para las reaperturas.

Desde que el Gobierno de la Nación decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio el 20 de marzo pasado, los gimnasios de todo el país tienen una palabra que los cruza por igual: la incertidumbre.

Esa falta de seguridad se cimienta en preguntas tales como cuándo podrán reabrir, cómo deberá ser esa reapertura, cuántos socios continuarán y, lo más difícil, cómo sobrevivir mientras los contagios por coronavirus Covid-19 no detengan su marcha.

 

En dos meses de cuarentena, distintas gobernaciones e intendencias determinaron flexibilizaciones que incluyeron la vuelta a la actividad de los “no esenciales” (restaurantes, construcciones, fletes, centros de pagos y cobro, entre otros), y, de forma progresiva, se habilitaron gimnasios en Misiones, Corrientes, Tierra del Fuego, Catamarca y Jujuy, mientras que en Santa Fe, La Pampa y San Luis, entre otros, se abrirán en los próximos días.

 

En este contexto crítico se encuentran más de 70 mil trabajadores que están a la espera de una determinación de las autoridades sanitarias, al tiempo que observan cómo el virus se expande en la Ciudad de Buenos Aires y el AMBA.

 

El ingenio surge ante la crisis

 

A pesar de algunas reaperturas, el primer mes del aislamiento significó un golpe mortal para el sector. De acuerdo a un estudio de la consultora Mercado Fitness, en abril se contabilizan en todo el país unos 240 gimnasios en quiebra, mientras que hasta el 17 de mayo ya se contaron otros 160.

 

“Los más perjudicados son los gimnasios de barrio, pymes, chicos en comparación con las grandes cadenas”, comentó el director Mercado Fitness Guillermo Vélez en diálogo con Ámbito. Según el consultor, con el parate estos comercios “encontraron” tres vías para generar ingresos: el alquiler o venta de equipamientos, las clases por Zoom o aplicaciones móviles y la venta de planes a futuro.

 

Los gimnasios emplean a más de 70.000 personas en todo el país.

Pexel

Guillermo Napp, propietario de Napp Fitness Club, de la Ciudad de Buenos Aires, aseguró que las 33 clases semanales que se ofrecen, más la posibilidad de rutinas de ejercicios personalizadas, generan una manera de “estar cerca de los clientes” frente a la coyuntura atípica. Su consejo es “ir avanzando día a día” y en esa búsqueda, Napp encontró una opción: alquilar bicicletas fijas.

 

“Nosotros alquilamos solamente las bicicletas de spinning porque somos un centro oficial de spinning. Al principio no lo queríamos hacer pero decidimos poner una clase y eso automáticamente generó la demanda de las bicicletas”, contó a este medio.

 

Guido Miguez, director de la cadena On Fit, con locales en la Ciudad, Pilar, Olivos y Lomas de Zamora, evitó los alquileres y se concentró en la modalidad de clases “lives” en Instagram y el uso de su propia app para ejercitarse: “Todo el equipamiento tiene un costo muy importante, entonces, la relación de ingresos contra los riesgos que se corren no es muy positiva y la gente no estaría dispuesta a pagar lo que las máquinas valen”.

 

Con contenido en las redes y la aplicación a medida, On Fit apunta a generar la fidelidad del socio al impulsar los ejercicios en las casas. “Previo a la cuarentena entendimos que tenemos un rol social como agente de salud y eso tiene que ver con ayudar y contener a toda la comunidad para que mantengan la actividad y pasen un mejor momento”, detalló Miguez.

 

En Rosario, Santa Fe, se generó una protesta para pedir la reapertura.

Télam

Walter Pedemonte, director de la Cámara de Gimnasios de Rosario y Litoral, expresó su preocupación por la situación. “Es imposible sostenerlo. Con todo eso (alquiler de equipamiento, clases por zoom y planes a futuro) no se llega ni al 10% de la facturación mensual de un gimnasio”, alertó.

 

“Hay dueños que decidieron alquilar, otros que mantienen presencia con las clases en vivo y los planes a futuro, pero eso es complicado porque es muy difícil vender, es como ofrecer algo sin saber qué va a pasar”, advirtió, y agregó: “Y a todo esto las deudas no paran y las medidas del Gobierno no alcanzan”.

 

Para Pablo Beorlegui, director de Gimnasio Spinettodel barrio de Balvanera, “el momento no está nada fácil y no es redituable”. Según dijo a Ámbito, por ahora el único objetivo “sigue siendo mantener el vínculo” con los socios. “Recién hace dos semanas empezamos a cobrar y lo estamos haciendo para mantener a la gente. Habremos cobrado 20 cuotas de unos 500 socios que teníamos. No está nada fácil”, aseguró.

La intensa espera que a veces desespera

 

Con el epicentro de infectados en el AMBA, los gimnasios ubicados en los distritos que aún no ordenaron reabrirlos están en una espera que no ve un horizonte claro.

 

Héctor Rojas, propietario de Action Gym, de la ciudad bonaerense de Punta Alta, en Bahía Blanca, opinó que “hay necesidad de volver pero también tiene que haber necesidad de cuidarse”. En esa línea, solicitó a las autoridades observar el mapa de contagios al momento de decidir debido a que hay regiones, como Bahía Blanca, que no presentan el mismo nivel de contagios que la Ciudad de Buenos Aires.

 

Miguez, de On Fit, se ilusiona con volver a la actividad habitual en julio. “Tenemos que volver cuando la gente esté preparada, y para eso tiene que haber un cambio de discurso: hablar de la responsabilidad de cada uno para volver a la nueva normalidad”, reflexionó.

 

Desde Rosario, Pedemonte enfatizó que “es un grave error creer que los gimnasios son un centro de contagios” debido a que “son seguros” y, con el protocolo mediante, “los socios tienen los cuidados garantizados”, a diferencia de otros comercios en donde “no se respeta el distanciamiento y son considerados esenciales”.

 

Los dueños de gimnasios llevan adelante ideas para seguir con la recaudación.

Télam

 

El protocolo sanitario para la reapertura de gimnasios

 

La Cámara de Gimnasios de la Argentina, institución que nuclea a más de 8.000 centros de entrenamiento en todo el país, elaboró un protocolo sanitario con seis ejes:

 

 Desinfección Ventilación Sistema de gestión Higiene Acceso y distancia social

 

De esta manera, las nuevas reglas ordenan el ingreso a los establecimientos con turno previo, el personal utilizará un equipo de protección y el mobiliario estará ordenado de tal forma que existan dos metros de distancia entre los elementos.

 

En la entrada se realizará el control de temperatura del staff y de los socios, y en caso de presentar síntomas compatibles con el virus se pondrá en marcha el protocolo para el rescate.

 

A la vez, se estableció que “se deberán desinfectar las herramientas y equipos de trabajo”, así como también “los espacios de trabajo y atención al público” mediante “un esquema intensificado”.

 

Los recientes permisos para hacer ejercicios en la Ciudad de 20 a 8 horas y las autorizaciones en otras provincias son indicios de la necesidad de las personas de volver a la actividad física, para mantener la salud y el bien estar. La reapertura de los gimnasios con protocolos sanitarios iría en el mismo sentido.

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