¿La Ciudad vuelve a tener un arroyo a cielo abierto? El plan para el Medrano y las dudas de los vecinos

¿La Ciudad vuelve a tener un arroyo a cielo abierto? El plan para el Medrano y las dudas de los vecinos

Proyectan hacerlo en el Parque Saavedra, ya que pasa por debajo. Los arroyos porteños fueron entubados en la primera mitad del siglo XX.

Restaurar el Medrano y dejarlo a cielo abierto en Parque Saavedra: ese es el nuevo plan del Gobierno porteño para el segundo arroyo entubado más importante de la Ciudad. Los objetivos oficiales son “mitigar el efecto de las inundaciones” y “recuperar la relación entre las personas y el agua”. Pero vecinos del barrio ya se organizaron y este domingo mostraron su desacuerdo en ese mismo espacio verde.

Hay tres motivos clave por los que hay gente en contra de la obra: señalan que dejaría el parque dividido en dos, que sería riesgoso para niños y mascotas, y que, para no serlo, habría que instalar rejas paralelas o sobre el curso de agua. También destacan que sumaría cemento al espacio verde, lo que afectaría la capacidad de absorción del suelo.

El Gobierno porteño ya llamó a licitación para la elaboración del Estudio de Impacto Ambiental y Social, que debería completarse en los próximos meses. La obra comenzaría en mayo del año que viene y estaría lista en enero de 2023. Forma parte del Plan Hidráulico de la Ciudad, que en gran parte consiste en concretar aliviadores para los arroyos entubados que desembocan en el Río de la Plata.

​El Medrano ingresa a la Ciudad desde el partido de Tres de Febrero y atraviesa los barrios de Saavedra y Núñez. Como el Maldonado, el Vega, el Cildañez y otros que corrían a cielo abierto, fue entubado durante la segunda mitad del siglo XX. 

El parque Saavedra y su entorno tienen graves problemas para absorber naturalmente el agua de lluvia. El arroyo Medrano, que corre bajo ese espacio verde, colapsó varias veces. La más grave fue el 2 de abril de 2013, cuando cayeron 150 milímetros de agua en una hora. El hecho dejó seis muertos y 350.000 vecinos afectados.

En ese escenario, el nuevo proyecto es un complemento que no reemplaza la creación de aliviadores. Consiste en la construcción de 530 metros de arroyo a cielo abierto a la altura del parque Saavedra para “regenerar” el Medrano. Ese es el verbo usado por la Secretaría de Transporte y Obras Públicas de la Ciudad, aunque el curso de agua no se haya perdido. 

“Decimos 'regenerar' porque el objetivo es restaurar en ese tramo el cauce natural del Medrano. El entubado quedará de igual forma, y este arroyo a cielo abierto sobre la superficie servirá para adaptar el terreno actual para que pueda retener temporalmente agua de lluvia y seguir mitigando posibles inundaciones”, precisan desde la secretaría.

Para el Gobierno porteño, sería además una oportunidad para que los vecinos tengan “un arroyo a menos de diez cuadras de su casa”. Uno con capacidad de 50 millones de litros de agua, que en uno de sus extremos seguiría fluyendo entubado.

“He visto fotos de cómo era el parque en la época del arroyo, con puentes, muy pintoresco. En principio no me disgusta la idea de recuperar los cursos de agua naturales de la Ciudad”, se entusiasma Gabriela (36), que vive en el barrio desde hace una década.

Pero hay otros vecinos que no están de acuerdo y este domingo se congregaron en el parque para hacer oír su descontento. “El parque no se toca. No al proyecto de abrir el arroyo”, rezaba el flyer de la protesta, que se repetirá el domingo 19.

Hubo vecinos autoconvocados y también integrantes de la asamblea del barrio, entre ellos José Olivo. “Los que no sufrieron la inundación lo ven como algo pintoresco. Los que sí la vivimos sabemos que esto no ayudaría y que habría que retomar otros proyectos que sí traerían soluciones”, resalta.

Un parque dividido

“Cuando desborda el arroyo, se inunda todo el parque. Este canal de 500 metros de largo va a dejar el predio partido en dos y no va a ayudar mucho a aliviar el problema de las inundaciones. Sí lo haría el aliviador que el Comité de Cuencas debería construir entre Tecnópolis, la colectora de la General Paz y el río”, observa Olivo.

En la misma línea opina la especialista en Antropología Urbana Marina Wertheimer, investigadora posdoctoral del Conicet y ex vecina del barrio. “No queda del todo claro cómo una obra de sólo 500 metros reduciría el riesgo de inundaciones. Además, restaría espacio verde”.

Para Wertheimer, la obra es “innecesaria y, además, un contrasentido con lo que viene haciéndose: hace poco se modificó el curso del arroyo en la desembocadura, en contra de las buenas prácticas ambientales, rectificándolo y rellenándolo para el Nuevo Tiro Federal”, recuerda.

La asamblea barrial solicitó el viernes pasado la celebración de una audiencia pública con la presencia de sus técnicos y de los provistos por el Gobierno de la Ciudad, para interiorizarse en la obra. El pedido ya fue aprobado por la Comisión de Desarrollo Urbano y Hábitat del Consejo Consultivo para que sea elevado a la Junta Comunal.

Comentá la nota