La ronda paritaria 2023 empieza a moverse. Aunque todavía es pronto para establecer patrones, ya se empiezan a vislumbrar las claves que marcarán las discusiones, al menos por los primeros meses del año o hasta que haya algún golpe de efecto en la economía.

Como en cada negociación hay intereses en pugna. Los empresarios, los gremios y también el Gobierno que busca establecer previsibilidad para el año, mucho más en este que se presenta como electoral.

La intención de Economía es que los salarios se discutan en línea con el proyecto de Presupuesto 2023 que estipula una pauta de inflación de 60 puntos porcentuales.

Para ello la semana próxima será clave. Es que el INDEC informará el índice de precios al consumidor de diciembre y allí se constatará si en el último mes de 2022 la suba de precios volvió a quedar por debajo del 5% o retomó la tendencia alcista.

El entendimiento tácito con los sindicatos es que las charlas podrán estar unos puntos por encima de lo rubricado en el Presupuesto para que, en la teoría, se cumpla la promesa de que los haberes le ganen su carrera a los precios. Ello seguramente marcará la primera línea de conversaciones.

Claro que hay una diferencia que tiene que ver con las necesidades de ambos. Mientras el Gobierno busca algún grado de previsibilidad para los 12 meses y unas paritarias más largas, desde los gremios van por revisiones más o menos constantes. Por ello se prevén acuerdos con cláusulas de revisión periódicas.

Aunque hay una serie de acuerdos que ya se discuten en enero, pero esto será trascendente lo que ocurra en marzo, cuando abra la temporada alta de paritarias. Entre ese mes y mayo es el momento en el que grandes gremios empiezan a marcar el pulso salarial del año. Allí se definirá en gran medida la pulseada de intereses.