En un clima tenso por diferencias internas, la CGT se reunirá tras el acuerdo firmado con la UIA

En un clima tenso por diferencias internas, la CGT se reunirá tras el acuerdo firmado con la UIA

La mesa chica de la central obrera se reunirá este jueves con otros dirigentes y se esperan reproches cruzados. La conducción cegetista está molesta por los cuestionamientos al pacto por las suspensiones. Hay sindicalistas, a su vez, que se quejan de que un grupo lidera sin pedir opinión

La Confederación General del Trabajo (CGT) deliberará este jueves en un intento de contener el creciente malestar de un grupo de dirigentes que se sienten marginados de las grandes decisiones que se toman en la central obrera y que reclamarán una mayor participación.

El encuentro, que se realizará a las 14 en la sede de la UOCRA, fue formalmente convocado para que sindicalistas que no integran el consejo directivo tengan más información sobre los principales temas que está gestionando la conducción cegetista, pero en la práctica se producirá una coincidencia explosiva: la plana mayor de la central obrera les reprochará a algunos dirigentes que hayan criticado el acuerdo entre la UIA y la CGT para suspender trabajadores, mientras estos sindicalistas aprovecharán para quejarse por quedar al margen de ese tipo de negociaciones.

No es el único tema que genera mal clima interno: los críticos plantearán también sus protestas por el hecho de que la CGT tiene muchas dificultades para que la Superintendencia de Servicios de Salud distribuya de manera equitativa la plata adeudada del Fondo de Redistribución. En marzo y en abril, los sindicalistas se enteraron tarde de que ese organismo que preside Eugenio Zanarini había privilegiado en el reparto a la obra social de Camioneros y a las que triangulan sus aportes con las prepagas en desmedro de aquellas que tienen más afiliados.

En la última ocasión, sin embargo, el primer listado que se conoció y que confirmaba un manejo discrecional de $4.000 millones dio lugar a una queja de la CGT ante Zanarini, que finalmente accedió a modificar el criterio adoptado y utilizar uno imparcial sugerido por la central obrera.

La conducción cegetista quiere hablar con el resto de sus colegas acerca del Consejo Económico y Social, al que el presidente Alberto Fernández prometió nuevamente el lunes 4 a la UIA y a la CGT que iba a crear mediante un proyecto de ley que enviaría cuanto antes al Congreso. La idea es fijar una posición conjunta del sindicalismo que sirva de elemento de presión para que se cumpla esa promesa sin demoras. El Presidente ya había anunciado el Consejo Económico y Social en el discurso ante la Asamblea Legislativa cuando asumió la Presidencia, el 10 de diciembre.

De todas formas, en la reunión de la central obrera del jueves se espera una fuerte discusión: hay dirigentes molestos porque, según afirman, el grupo que maneja “no brinda mucha información sobre sus movimientos ni permite el debate interno”. En la práctica, la central obrera está piloteada por sus cotitulares, Héctor Daer (del Sindicato de Sanidad y enrolado en el sector de “los Gordos”) y Carlos Acuña (del personal estaciones de servicio y alineado con el barrionuevismo), más los tres miembros de la corriente de “los independientes”, Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), a quienes se sumaron en las últimas semanas el metalúrgico Antonio Caló y el mercantil Armando Cavalieri (otro miembro de “los Gordos”).

A la reunión del jueves estarán invitados dirigentes que no integran el consejo directivo cegetista, como Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Omar Viviani (peones de taxis) y Guillermo Moser (Luz y Fuerza), además de sindicalistas que sí tienen cargos en la central pero no integran la mesa chica que toma las decisiones, como Omar Maturano (La Fraternidad), Roberto Fernández (UTA) y Hugo Benítez (textiles), entre otros.

La delegación de la CGT que se reunió con el Presidente en Olivos, el 3 de abril pasado

Una de las últimas decisiones de la mesa chica de la CGT que mereció diversas críticas desde el propio sindicalismo fue el acuerdo marco alcanzado con la UIA para suspender trabajadores sin tareas con el pago del 75% del sueldo neto.

El cuestionamiento de Hugo Moyano no sorprendió porque el Sindicato Camionero abandonó la CGT en 2008 y se convirtió en un virtual opositor de la conducción cegetista, sobre todo de Daer. Pero sí llamaron la atención las posturas críticas de dirigentes como Viviani y Sasia. El sindicalista taxista dijo que “es el peor momento para bajarle el sueldo al trabajador” y que “si no hay mercado interno, no hay reactivación de la economía”, mientras que el titular de la Unión Ferroviaria se quejó de que en ningún momento fue convocado para “participar u opinar” sobre ese acuerdo y reclamó a “los sectores que estén en condiciones” que abonen “el 100% de los salarios de los trabajadores”.

Algunos sindicalistas cuestionan no tanto el acuerdo en sí mismo sino el hecho de que fue negociado y firmado sólo por cuatro dirigentes (Daer, Acuña, Rodríguez y Caló) sin que los demás pudieran opinar y, además, porque fue difundido de una manera en la que pesó públicamente la rebaja salarial del 25% para los trabajadores suspendidos, “interpretación que le resultó más conveniente al empresariado que al trabajador”, según un dirigente que espera el encuentro del jueves para plantear sus diferencias con el grupo que maneja la central obrera.

En el debate interno influye, además, que la CGT tenía previsto realizar en agosto su congreso para renovar las autoridades por otro mandato de cuatro años. Lo postergará seguramente por la pandemia y, además, porque el Ministerio de Trabajo prohibió esos encuentros sindicales para evitar contagios, pero lo que parece difícil de impedir es que las internas recrudezcan en la medida en que se acerque la fecha de la nueva elección de la futura conducción cegetista, que podría postergarse hasta octubre o hasta marzo de 2021.

Otro motivo de peleas internas son las elecciones que estaban prevista para este mes con el fin de elegir las autoridades de la poderosa Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT). Actualmente está dirigida hoy por Juan Carlos Schmid, del gremio de Dragado y Balizamiento, que mantiene su independencia respecto de otros sectores sindicales, se espera una dura batalla para liderar la CATT entre el candidato que impulsen los Camioneros y quien postule su gran enemigo interno, Roberto Fernández, jefe de la UTA.

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