Comienza un mes dedicado a valorar el compostaje

Comienza un mes dedicado a valorar el compostaje

Clasificar y ordenar la basura orgánica para transformarla en abono permite reducir a la mitad el gasto de la disposición final de residuos.

Por: Nicolás Maggi.

En el marco de un contexto ambiental que marca la necesidad de otro tratamiento de los residuos, hoy comienza el mes del compostaje, impulsado a partir de 2014 por ambientalistas de la ciudad de Funes, con una campaña de promoción y capacitación sobre el tema. Los grupos que organizan la actividad y especialistas invitados compartirán sus experiencias en charlas virtuales y presenciales e informarán acerca de la importancia de su inclusión, que reduciría los costos de la disposición final de la basura un 50 por ciento.

El compostaje, que consiste en clasificar y ordenar la basura orgánica para transformarla en abono, puede hacerse en domicilios o en unidades productivas agrícolas, y adquirió mayor relevancia durante la pandemia, en la que se produjo más desperdicio en los hogares e invitó a muchos a reflexionar sobre los consumos responsables. Este año, la idea de los organizadores es dar el salto de hablarle al ciudadano para que composte en sus hogares, e interpelar a los municipios y comunas para que lo incluyan en sus sistemas de tratamiento de residuos.

Se trata de un acontecimiento que se extiende desde el Día Mundial del Agua, que se celebra hoy 22 de febrero, hasta el Día Mundial de la Tierra cuya conmemoración tiene lugar cada 22 de abril. En su octava edición, este 2021, el equipo prepara cuatro semanas plenas de actividades con carácter nacional e internacional. El acontecimiento de cultura ambiental arrancará en Funes con una mesa con arquitectas e ingenieras agrónomas, de manera presencial y virtual, y luego seguirá con participación de expertos del compostaje en el área del agro del país y de otros lugares de latinoamérica.

La tesis principal de sus impulsores es que permite disminuir la cantidad de basura orgánica de los domicilios, que al reciclarse pueden ser devueltos a la tierra en forma de humus para las plantas y cultivos, eliminando la necesidad de comprar fertilizantes. Es que una gran parte de los desperdicios que terminan en el tacho tiene una aplicación útil en una huerta o jardín doméstico, lo que además evita que tengan que ser trasladados en camiones recolectores y luego inunden los basurales a cielo abierto o rellenos sanitarios.

“Los rosarinos pagan 900 mil pesos por día para enterrar basura. Si se practicara en cada casa bajaría a 400 mil pesos. Esta situación se replica en todas las localidades del país”, cuenta Mario Parodi, parte del equipo de Mes del Compostaje. Por eso, el objetivo este año es apuntar a que se capaciten los gobiernos, ya que la práctica está relacionada con higiene, salud, promoción social de nuevos oficios, cultura y turismo, producción y el agro. “Además de hablarle al ciudadano, queremos llegar a intendentes y presidentes comunales de las 20.500 localidades de Argentina. El tiempo de separar en seco y húmedo se terminó, y ya es momento de hablar de compostaje, porque es lo que está necesitando el planeta”, aseguró el activista.

“El compostaje produce tierra de buena calidad. De 1000 kilos de basura, obtenés 300 kilos de abono para producir tu propio alimento. A nivel global es un dato fuerte, y en torno a eso hay un montones de negocios posibles. Es una economía circular, totalmente inclusiva. Hace 5 años parecía algo que solo era para hippies, pero hoy dejó de ser una moda y es una tendencia”, afirmó Parodi.

Quienes quieran informarse para participar pueden contactarse en los perfiles de Mes del Compostaje de las redes Instagram y Facebook.

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