Condenaron a ENSI y Pluspetrol por una muerte

Condenaron a ENSI y Pluspetrol por una muerte

La Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI) SE y Pluspetrol fueron condenadas a indemnizar con el pago de 699.540,21pesos e intereses, a la concubina y la hija de un operario que falleció víctima de un accidente de trabajo.

Consta en el expediente que este trabajador tenía 49 años, que era empleado de la ENSI y que se encontraba en Pluspetrol, cuando irrumpió la desgracia. En resumidas cuentas, tocó un tablero y murió electrocutado, en el acto.

Un juzgado de primera instancia había ordenado un resarcimiento de 874.594,05pesos. Pero las compañías apelaron y, a partir de ahí, la Sala Tercera de la Cámara Civil de Neuquén modificó el capital de condena y lo estableció en 441.249,14 y 258.291,07pesos para cada una de las familiares.

En su apelación, los abogados de Pluspetrol consideraron “probado” que fue el accionar “descuidado de la víctima” lo que generó la tragedia. Explicaron que el operario estaba debidamente capacitado, que tenía título profesional habilitante, que los cursos eran constantes, y que le proveían elementos de seguridad.

“Antes de tocar el tablero debió corroborar que no estuviera con corriente y que tuviera cable a tierra”, dijeron los abogados; y agregaron que no debió haberse confiado en “la simpleza del trabajo”.

Ese trabajo consistía en el tendido de cables sin electricidad, en una zanja que iba desde un tablero de comando de una bomba de inyección a un transformador. Pero, en el momento en que le estaba “pelando las puntas” para aislarlo, pasó la mano por el tablero -que, dicen, no tenía corriente- y recibió la descarga letal.

Precisamente, el hecho de que el tablero no poseía la correspondiente puesta a tierra, hizo que los camaristas Marcelo Medori y Fernando Ghisini condenaran a las empresas. No obstante, votaron divididos por lo que fue necesario sumar al juez Jorge Pascuarelli.

Al momento de resolver los camaristas, destacaron el testimonio de un operario de Pluspetrol que estuvo en el lugar y conocía las instalaciones. Ese testigo aseguró que el tablero no tenía cable a tierra externo y que no sabía por qué. “Puede ser porque no lo instalaron o porque lo robaron, pero no lo tenía, pese a que tenía que tenerlo”, declaró.

El infortunado operario era el único sostén del grupo familiar, que conformaba junto con su concubina y su hija, que al momento de iniciarse el expediente -allá por 2009- era menor de edad.

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