Controles de precio y de cambio: cómo piensa Guillermo Hang, el nuevo Secretario de Comercio

Controles de precio y de cambio: cómo piensa Guillermo Hang, el nuevo Secretario de Comercio

“Los controles y regulaciones de precios tienen la función de frenar la inercia inflacionaria, modificar precios relativos y cumplir efectos distributivos”, sostuvo el flamante secretario. Definiciones claves.

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JULIÁN BLEJMAR

En una conferencia brindada pocos meses atrás para un foro progresista, Guillermo Hang se exhibió como un fuerte defensor de los controles de precios. “Los controles y regulaciones de precios tienen la función de frenar la inercia inflacionaria, modificar precios relativos y cumplir efectos distributivos”. Así se expresó el flamante Secretario de Comercio Guillermo Hang en una conferencia ofrecida a fines del año pasado en el Foro de Pensamiento Crítico, un espacio que tiene como una de sus misiones entender “los mecanismos de poder que operan en los contextos de resurgimiento del neoliberalismo”.

Hang añadió, además, que los controles “restringen algunas libertades en algunos sectores, en general los de mayor poder adquisitivo, pero evitan con su despliegue que se restrinja las posibilidades de los sectores de menor capacidad adquisitiva, ampliando la libertad al conjunto de la sociedad”, agregando que uno de los grandes inconvenientes de la inflación es la reducción del salario real, aunque también la imposibilidad de realizar previsiones para inversiones o retornos esperados, intensificar pujas redistributivas, y generar espirales inflacionarios.

De hecho, el flamante funcionario planteó que la práctica de políticas de nulo control sobre precios “suele tener consecuencias hiperinflacionarias y de crisis social”, y citando al célebre economista heterodoxo John Kenneth Galbraith, añadió que “la inflación abierta puede escaparse a la estratosfera, pero la inflación controlada tiene límite”, agregando que tanto el control de los salarios como de los bienes salarios, es decir de los precios de mercaderías básicas para la subsistencia como carnes o granos, son las claves para controlar los precios en un sistema de desequilibrio.

Sin embargo, Hang advirtió que estas regulaciones, “restringen la rentabilidad y asignación de la producción, lo cual puede tener una oposición muy grande del poder económico”, que, agregó “se debe manejar políticamente, dando el discurso y explicaciones necesarias”. Asimismo, señaló que los controles de precios, y del tipo de cambio, se deben hacer de una manera muy especial “de modo que puedan respaldar el plan económico. No se pueden administrar de cualquiera manera, tampoco a merced del gobierno, debe seguir una lógica no muy alejada de la realidad con el sentido de no provocar distorsiones generales de precios”.

Dos enfoques

Durante la charla, Hang habló de dos enfoques de la teoría económica para para combatir la inflación, de los cuales el monetarista es el más extendido. Basado en la concepción de un exceso de emisión monetaria para cubrir el déficit fiscal y el crédito público, este último abordaje, sostuvo Hang, puede tener mayor efectividad en países autónomos en términos monetarios, como Estados Unidos, China o los europeos, que en aquellos bi-monetarios, periféricos, o heterónomos como el nuestro, con poblaciones demandantes de divisas extranjeras más que la moneda propia. De hecho, sostuvo que un abordaje más propicio para nuestro contexto era el enfoque estructuralista, que tenía en cuenta otras variables, aparte de la emisión o expansión monetaria, al punto que señaló que en esta teoría “la política monetaria es impotente para estabilizar la inflación”, e incluso que “la relación entre las variables es inversa, la inflación genera emisión”.

Asimismo, agregó que dentro de esta teoría puede haber distintos procesos inflacionarios dependiendo del contexto , ya que se tienen en cuenta muchas variables, más allá de que un elemento recurrente era el “conflicto redistributivo”, que no se limitaba, como en el caso del enfoque monetarista, al que se da entre el Estado y los privados, sino también entre sectores productivos como la industria, el campo, y los servicios; en relación al grado de monopolio de cada sector; a los  “cuellos de botella”; a las tarifas de los servicios públicos, o en países latinoamericanos con una estructura productiva desequilibrada como el nuestro, es decir ampliamente demandante de insumos importados, debido a los precios de las importaciones y exportaciones, que inciden sobre el valor del dólar y el consecuente traslado a precios de una devaluación.

En la conferencia, Hang se refirió también a los controles de cambios, es decir al precio de venta oficial de los dólares y al mal llamado "cepo" que llevaron adelante Cristina Kirchner, Mauricio Macri, y Alberto Fernández. En este sentido, afirmó que los mismos “fueron utilizados históricamente en Argentina, no son un invento actual, sino que cuentan de larga data y tienen un importante pasado”, señalando que en 1931 se creó el Comité de Cambio, el cual obligaba a las exportaciones a liquidar divisas y decidía que importaciones las obtenían”, agregando que, dada la estructura productiva heterogénea y de constante restricción externa de nuestro país, “un control de cambios parece ser necesario en el largo plazo para la economía argentina”.

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