Córdoba define el play off de JxC y la interna abierta peronista

Córdoba define el play off de JxC y la interna abierta peronista

Schiaretti buscará ganarle la pulseada al FdT para llegar a 2023 con perfil nacional. Negri y Juez, a todo o nada para liderar la fuerza que se siente mayoría.

 

En las elecciones de este domingo, Córdoba comienza a poner en juego su estructura de poder de cara a 2023, cuando Juan Schiaretti dejará la gobernación. El oficialismo provincial dará su primera batalla para garantizar la gobernabilidad del próximo bienio y proyectar la continuidad de la coalición. Para eso, deberá vencer a sus primos peronistas del Frente de Todos (FdT), que llevan a la cabeza a Carlos Caserio y Martín Gill, los créditos del presidente Alberto Fernández. En tanto, Juntos por el Cambio (JxC) buscará ser el espacio más votado en las PASO y posicionarse como sucesor del cordobesismo, siempre y cuando salga ileso de la interna entre Mario Negri y Luis Juez, que dividió aguas y tensionó la vida partidaria del PRO y de la UCR.

Córdoba es el segundo distrito con mayor cantidad de electores en el país, con 2.984.631 de personas habilitadas para emitir su voto. En esta instancia electoral, las precandidatas y los precandidatos de las tres principales fuerzas locales se moverán en un ring estratégico, midiendo sus fuerzas y su futuro político, en lo que será el primer round de una pelea que recién comienza, pero en la que algunos podrán jugarla por puntos mientras que otros deberán intentar ganarla por knockout.

Juntos por el Cambio no pudo lograr la unidad y se presentará a las primarias con cuatro listas. Una de ellas está encabezada por Negri, presidente del interbloque en Diputados, y el exministro de Turismo Gustavo Santos. La otra nómina competitiva es la que tiene como candidatos al referente del Frente Cívico y al radical Rodrigo de Loredo. En tanto, el radicalismo alfonsinista lleva en una boleta a Griselda Baldata (CC-ARI) y a Dante Rossi. La cuarta está representada Laura Sesma (CC-ARI) y Javier Bee Sellares.

Con una fuerte intromisión de Mauricio Macri apoyando al binomio Negri – Santos y de Patricia Bullrich impulsando a Juez y a De Loredo, ambos equipos mantuvieron distintos perfiles en el trayecto proselitista; el primero con un tono público más conciliatorio y el segundo asumiendo una línea más confrontativa, lo que recalentó la interna entre los halcones, tanto a nivel local como nacional. 

 

Este capítulo electoral deja heridas en el camino, que deberán reconfigurarse y reagruparse tras las PASO, si es que continúan dentro de la misma fuerza. Sin dudas, quien coseche más votos se convertirá en el abanderado de la oposición en Córdoba y pisará con mayor fuerza en la disputa por el poder provincial que se desatará en dos años más.    

 

Juez va por todo. En esta movida, el exintendente cordobés pone en juego su aspiración a ser candidato a gobernador en 2023 dentro de la alianza y con ello, el lugar y peso de su partido, el Frente Cívico (FC), dentro de la coalición. Para él es imprescindible sostener la banca en el Senado que hoy ocupa Ernesto Martínez, ya que es la base de su fuerza de negociación hacia adentro de JxC y hacia afuera en la construcción partidaria, sostenida básicamente en Capital. 

 

Negri juega por los puntos. El dirigente de la UCR entra a la cancha con las llaves del radicalismo oficialista y con la mira puesta en la sucesión provincial. En su estrategia se pone en juego el poder que cosechó en Diputados como jefe del Interbloque de Cambiemos y busca ser – al igual que Juez – quien enfrente a la vicepresidenta Cristina Fernández en el Senado, con ansias de convertirse en el referente opositor en el Congreso. De resultar victorioso, buscará convertirlo en moneda de cambio para la disputa que se abrirá en dos años en el poder provincial, hacia adentro de JxC y también al interior de la UCR, que volverá a abrir el debate sobre su rol en la alianza con el PRO, la Coalición Cívica y el Frente Cívico.

 

El acuerdo interno de JxC indica que quien gane la elección pondrá a senador y suplente, como así también los dos primeros puestos y el quinto de la lista a diputados; quien obtenga el segundo lugar tendrá el número tres y cuatro de la nómina y desde el sexto en adelante irán por sistema D´Hondt. Las opciones encabezadas por Rossi y Bee Sellares necesitarán el 25% para ingresar en la boleta de candidatos para las legislativas de noviembre próximo. 

 

La pulseada peronista

“Por ellas y por Juan”. Pese a que no es candidato, Schiaretti es quien más riesgos corre en esta elección. Por un lado, debe sostener la gobernabilidad de su mandato (y por extensión, la del intendente capitalino, Martín Llaryora) por dos años más. Por el otro, se juega su futuro político en el armado peronista tras la salida de la gobernación. Es decir, va por su imagen nacional, la que lo muestre como el único peronista del país con peso propio que venció al kirchnerismo en las urnas. 

 

En la campaña, se metió de lleno para apuntalar a sus candidatas Alejandra Vigo y Natalia de la Sota. Además de poner su imagen en los afiches, el mandatario recorrió el interior de la provincia para sumar el apoyo de la mayoría de los más de 250 municipios y comunas peronistas y evitar, así, una fuga de votos hacia el FdT.

La aspiración del gobernador es pelear en las generales para renovar dos de las tres bancas en juego para la Cámara baja y recuperar el lugar en el Senado, que quedó en manos de Caserio, ahora candidato del Frente de Todos (FdT). 

 

Por su parte, el senador peronista buscará demostrar su poderío territorial en la provincia a través del armado de una estructura albertista local. Su desafío es sumar a delasotistas heridos y heridas para medirse con el schiarettismo en las elecciones de medio término, pero también para pensar en 2023. En esta instancia electoral, comparte boleta con la diputada Gabriela Estévez y lleva a la cabeza de la nómina para la Cámara baja al secretario de Obras Públicas de la Nación Martín Gill.

 

Hasta el momento, no ha dado señales de buscar ocupar el sillón de la Casa de Gobierno de Córdoba, por lo que se especula con que, de no llegar a renovar su banca en la Cámara alta, podría ocupar un puesto en el gabinete como hombre de confianza del Presidente. En medio de una campaña difícil, la apuesta apunta a las legislativas de noviembre, cuando el kirchnerismo espera poder mostrar fuertes resultados de la vacunación y una reactivación económica ya en marcha.

Comentá la nota