Crecen los reclamos por las clases presenciales en Mar del Plata

Primero fue en el célebre AMBA. Y como era de prever, luego se extendió a casi toda la provincia de Buenos Aires, el territorio más extenso y poblado del país. El último 15 de abril, el Presidente Alberto Fernández sorprendió a propios y extraños decretando la suspensión de la presencialidad escolar desde el día 19 de aquel mes en el Área Metropolitana, ese imaginario conglomerado conformado por CABA y 40 partidos bonaerenses, a raíz del impacto de la segunda ola de coronavirus.

La medida era sólo por 15 días. Pero no sólo continúa vigente, sino que además se extendió a 81 distritos más: desde el pasado 31 de mayo, en 121 municipios sobre un total de 135 que integran la provincia de Buenos Aires los chicos no tienen clases presenciales. La medida regirá al menos hasta el 11 de junio. Expertos advierten que las consecuencias de dicha decisión pueden ser muy graves. en un país donde la pobreza infantil, de acuerdo a las últimas estadísticas oficiales, supera nada menos que el 64%, y en el cual 11 millones de alumnos prácticamente no tuvieron un solo día de clases durante 2020.

De aquellos 11 millones de chicos que hay en el país, la provincia de Buenos Aires totaliza 3.3 millones entre primaria y secundaria, distribuidos, según cifras oficiales, en 11.000 establecimientos. Es por ello que el amplio territorio gobernado por Axel Kicillof siempre ha estado en la mira de los reclamos. Y la resistencia comenzó a gestarse en el llamado interior provincial, luego de que algunos distritos del conurbano hicieron distintas presentaciones judiciales pidiendo por el regreso de la presencialidad, mucho más luego de la resolución de la Corte Suprema que apoyó el reclamo que hiciera oportunamente el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El pasado 1 de junio, el Instituto Albert Einstein de la ciudad de Mar del Plata presentó un recurso de amparo a la Justicia para que se retomen las clases presenciales. La presentación se realizó ante el Juzgado en lo Civil y Comercial Nº13, a cargo de Maximiliano Colángelo, quien resolvió tomar el caso, le otorgó una tutelar anticipatoria y le dio 24 horas a la provincia para que se expida. En toda la provincia hay presentados 60 amparos y es la primera vez que un magistrado no se declara incompetente, como ocurrió en la mayoría de los casos.

“Estamos convencidos de que la seguridad sanitaria de la escuela está debidamente garantizada para llevar a cabo su tarea de educar y acompañar en el proceso de formación a niños y jóvenes, especialmente en estos momentos históricos que nos tocan vivir”, aseguraron los representantes legales del Einstein. Y agregaron que “los números que los colegios brindamos a Cuidar Escuelas respecto a contagios, aislamientos, etc., arrojan datos que no señalan a las escuelas como vectores de complicación en el manejo responsable de la pandemia“.

Algo similar hará el Colegio Northern Hills, también de Mar del Plata, que impulsará dos acciones judiciales con el objetivo de que se permita el regreso de las clases presenciales e invitaron a los padres y docentes a sumarse a la presentación. “Por un lado, nuestra institución presentará una acción de pretensión de reconocimiento del derecho ante los Juzgados en lo Contencioso y Administrativo de la Provincia de Buenos Aires, con sede en nuestra ciudad. Y, a su vez, y de forma independiente a esta primera acción, se presentará un amparo por la vulneración de derechos constitucionales”, explicaron desde el establecimiento.

El problema se agrava cuando en una enorme cantidad de los 121 municipios bonaerenses en los que se encuentran suspendidas las clases, se puede verificar que todo el resto de las actividades, prohibidas en la FASE 2 establecida por la provincia, están funcionando casi normalmente: gastronomía, clubes, gimnasios, natatorios y shoppings. A pesar de ello, los colegios siguen cerrados. Una situación que no hace más que generar exasperación e indignación.

A partir de ello, diferentes establecimientos educativos de Mar del Plata están convocando para el viernes 4 de junio a las 16 hs y hasta las 18 hs, a la ciudadanía a pedir por el regreso de la presencialidad a través de distintas acciones, como la suelta de globos celestes y blancos, a colgar en las escuelas carteles y dibujos hechos por los alumnos, y a dejar velas en frascos con arena. Por su parte, aclaran que no se debe permanecer en el lugar, y que a la convocatoria se concurra con barbijos y respetando la distancia social. Algunos colegios que convocaron son el Trinity, el Carlos Saavedra Lamas, San Roque, Perito Moreno, y los jardines Lunita Mimosa y Nuestro Mundo, entre otros.

Pero la movida no solo ocurre en la ciudad turística. También se replicará de otro modo en el partido de Tres Arroyos, bajo el lema #VigiliaFederalPorLaPresencialidad, Padres Organizados llama a la sociedad a concurrir a la Municipalidad, dejar una vela e irse a su casa. La cita es el mismo viernes 4 de junio a las 18 hs. Así mismo, en la ciudad de Necochea un numeroso grupo de padres, cada uno por su parte, está por presentar ante la Justicia Ordinaria recursos de amparo para pedir por la vuelta de sus hijos a la escuela. Las presentaciones se harán la próxima semana.

Una de las madres le dijo a este medio que “un grupo de padres preocupados por las escuelas cerradas en octubre de 2020 comenzamos a movilizarnos. Fuimos a la jefatura regional de educación, a los medios locales, al concejo deliberante y también nos recibió el intendente. Este año, en enero fuimos un grupo más nutrido y también salimos en las redes. En este momento solicitamos que se declare a la educación como esencial en el distrito en la banca ciudadana en marzo y posteriormente entregamos 2 solicitudes a la comisión de educación del Concejo Deliberante sin respuesta al día de hoy”.

La iniciativa de Padres Organizados surgió a partir de 6 padres que se pusieron en contacto mediante las redes sociales para expresar su preocupación por la falta de clases en 2020. La crítica principal que se le hace al Gobierno es que “la suspensión se ha prorrogado sin ofrecer ninguna certeza, ni diagramar un plan alternativo de clases presenciales hasta tanto continúe el escenario de pandemia”, por lo que juzgan necesario que “el regreso a la escuela no puede ser entendido como un todo o nada: el país entero o ningún municipio; todos los alumnos al mismo tiempo o nadie; de lunes a viernes o nunca”.

En las últimas horas, la Sociedad Argentina de Pediatría de Mar del Plata emitió un comunicado donde descartaron la posibilidad de que la presencialidad educativa signifique un “peligro para la diseminación” del Covid-19”. Y agregaron que “ya hay varios documentos de pediatría que demuestran que los chicos no son súper contagiadores, que fue una teoría que se esbozó al principio de la pandemia, y por eso toda la estadística de contagios escolares es bajísima. Las escuelas no son sitios de contagios importantes en la incidencia. Los chicos representan en sí un porcentaje de menos del 5% con respecto al total de los casos, por lo que claramente no es la población más afectada por el Covid-19″.

El pasado 15 de abril, exactamente un día después que el Gobierno Nacional anunciara la suspensión de las clases en el AMBA, UNICEF y la Sociedad Argentina de Pediatría dieron a conocer un documento que muestra que la mayoría de los estudiantes encuestados mostraban “ansiedad” por el temor a un nuevo cierre de las escuelas, lo que finalmente ocurrió.

“Con protocolo, el ámbito educativo no es un ámbito de contagio”, señalaron desde UNICEF Argentina. Y subrayaron un tema acuciante: “La situación de encierro, la falta de interacción social, la pérdida del trabajo, y la incertidumbre general que ha originado esta pandemia es el ambiente propicio para aumentar el estrés y las situaciones de violencia. A ello debemos sumarle las inequidades sociales, puestas en evidencia por la pandemia, que se han recrudecido y aumentan el abismo educativo entre quienes acceden al uso de la tecnología y quienes carecen de la misma”.

En el mismo documento, aseguraban que “la escuela educa, crea lazos sociales, alimenta, da refugio, democratiza conocimientos, orienta y contiene. La escuela habilita un espacio y constituye un tiempo que crea libertad e igualdad. Su interrupción tiene consecuencias graves a corto y largo plazo para las economías y sociedades. Cuanto más tiempo las infancias y adolescencias, especialmente aquellas en condiciones de vulnerabilidad, dejen de asistir a las escuelas, menos probable es que regresen“. Y confirmaba lo que es ya casi una certeza en el mundo científico, respecto a los contagios de coronavirus: “La escuela no es un factor de riesgo”.

Promediando 2020, Unicef Argentina le había presentado un informe al propio Presidente Alberto Fernández llamado “Encuesta de Percepción y Actitudes de la Población. Impacto de la pandemia y las medidas adoptadas por el gobierno sobre la vida cotidiana de niñas, niños y adolescentes”, donde se estableció que “el 18% de los adolescentes no posee conexión a Internet en su hogar, y el 37% no tiene una computadora disponible para hacer trabajos escolares”.

La situación en la Argentina respecto a las clases presenciales es un claro ejemplo de la disociación que existe entre los gobernantes y la sociedad. Una situación que de persistir, puede tornarse muy peligrosa.

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