Daniel Arroyo: "El presupuesto 2021 es 50% trabajo y 50% asistencia social"

Daniel Arroyo:

Del Plan Trabajar al IFE, el ministro recorrió la historia del país desde la última gran crisis y afirmó que "todos aprendimos del 2001". Agregó que la argentina es una sociedad sana y consideró que se estuvo a la altura de las circunstancias ante la pandemia de coronavirus. Marzo, el més más complicado del año.

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, ratificó a Crónica que el Gobierno esta dispuesto a volver a tomar medidas exepcionales como el IFE si se complica la situación social por la pandemia de coronavirus (Covid-19): "Si hay rebrote tomaremos la herramienta necesaria". En una entrevista exclusiva, recordó la experiencia de 2001, habló del plan de urbanización a largo plazo y el rol de la escuela.

—¿Qué balance dejó el 2020?

—El año pasado tuvimos una gran cobertura. Ejecutamos 240.000 millones de pesos de los 84.000 millones pensados inicialmente. Esto tuvo que ver con lo alimentario, ya que asistimos a unas 11 millones de personas, y después hubo un giro al lado del trabajo. El Estado amortiguó la caída. La UCA marcó 10,1% de indigencia al tercer trimestre. Si no estaban las políticas habría sido del 27,9% Desde abril a junio la economía cayó 19 puntos, se desplomó; la pobreza subió al 47%.

La Argentina tiene una gran red social. En los barrios realmente no hay grietas.

—¿Y qué se puede esperar para este año en materia social?

—El presupuesto 2021 es 50% trabajo y 50% asistencia social. Está pensado sin pandemia, pero si hay cierre de actividades vamos a tomar medidas excepcionales. Desde acá pensamos en la creación de 300.000 puestos de trabajo; la urbanización de 400 barios por año, y crear 800 jardines de infantes, de los cuales varios ya están puestos en marcha. Queremos lograr que haya cupo desde sala de 3 años.

—¿Cómo se combate la pobreza estructural en nuestro país?

—La Argentina tiene 25% de pobreza estructural, de tercera generación. Es decir, por más que la soja vuele, el 25% es el piso. La pobreza tiene que ver principalmente con el tema de vivienda e infraestructura. Además, como dato alarmante, la mitad de los jóvenes no termina la escuela secundaria. Y lo tercero es reconstruir la movilidad social.

—Es imposible no relacionar todo tema social con el 2001. ¿Qué diferencias existen con aquellos meses?

Todos aprendimos del 2001. Hay más Estado y más sociedad. En el 2001 existía el Plan Trabajar pero sólo cubría a 200.000 personas. Hoy llegamos con el Ingreso Familiar de Emergencia ( IFE) a 9 millones de personas; con la Tarjeta Alimentar a 1,5 millón de familias (que son seis millones de personas), y la Asignación Universal por Hijo (AUH) cubre 4 millones de chicos. Además la red social que tiene Argentina no la tiene nadie. Eso es un valor significativo.

—¿Cuál es el principal problema en los barrios?

—Sacando el trabajo y el Covid los dos problemas centrales son el costo de alimentos y el endeudamiento, que últimamente mejoró porque Anses dejó de cobrar por meses las cuotas de los créditos que otorgó.

Desde el Ministerio tenemos dos acciones en concreto: el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) creó una ensachetadora para que la leche se pueda vender a 40 pesos o menos el litro. Hay 13 unidades productivas y se hacen 1.500 litros por día. Con el pan hicimos algo parecido. Junto a la Federación de Panaderos coordinamos una capacitación. Nosotros ayudamos con la logística y el kilo de pan se vende a menos de $70.

—Teniendo en cuenta la particularidad del año pasado, ¿cómo está la fuerza anímica en los representantes sociales?

—Todos terminamos muy cansados pero con fuerzas para pensar la reconstrucción y el trabajo. La Argentina es una sociedad sana y que le puso el cuerpo a una situación inédita. La gente está cansada internamente pero satisfecha. Estuvimos a la altura.

—En las últimas semanas los contagios volvieron a ser una preocupación. ¿Se está pensando una nueva ayuda desde el ministerio?

—El presupuesto está pensando sin pandemia, pero si hay una situación de rebrote o de cierre de actividades vamos a tomar medidas excepcionales como se tomaron el año pasado. En eso trabaja el Gabinete Económico.

—¿Eso puede ser el regreso del IFE o cambios en su lógica?

—El Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) llegó a 9 millones de personas sobre un total de 16 millones de familias. Una parte ya volvió al trabajo, otra no. A modo de ejemplo, en América latina hay rebrotes por ciudades, por zonas. Hay que pensarlo muy bien, pero claramente el Estado va a volcar la ayuda necesaria.

—¿Por qué cree que marzo es el mes más complicado del año?

—Marzo siempre es el mes más duro para los bolsillos de las familias porque en enero y febrero gastamos un poco de más. Unos se van de vacaciones y otros no, pero quizá baja el ingreso porque hay menos changas. Y además están los gastos escolares. Diciembre es un mes simbólico, pero en término de bolsillo marzo es complejo.

—¿Y están pensando políticas específicas para amortiguar eso?

—Estamos encarando un conjunto de políticas que tiene que ver con el apoyo de los guardapolvos. Vamos a trabajar con las cooperativas de emprendedores para tener guardapolvos para el inicio de clases. También con los kits escolares, como las mochilas y los útiles. Son un conjunto de acciones para acompañar la vuelta a la escuela.

—Eso habla de pensar en un retorno a la presencialidad.

Es clave el volver a la presencialidad. Yo creo que la escuela es la organizadora del funcionamiento y además crea cultura del trabajo. Pero el retorno lo marcarán las condiciones sanitarias.

 

Por Luciano Bugner

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