El déficit fiscal de diciembre batió records

El déficit fiscal de diciembre batió records

La Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) publicó el rojo primario devengado de diciembre y de la totalidad del 2020. En el último mes del año fue de $432.991 millones. Y en el total llegó a $2 billones, número idéntico al de la emisión monetaria para abastecer al Tesoro. El número oficial del Ejecutivo cerraría por debajo del 7% del PBI.

El déficit primario devengado de diciembre marcó una cifra extraordinaria: fue de $432.991 millones. Es decir, fue de 1,6% del PBI, por lejos el más alto del año, lo que resulta esperable para un mes en el que el gasto fiscal tiene una estacionalidad demasiado alta, por el aguinaldo de los empleados públicos y los eventuales bonos de fin de año. Pero se trata, de todos modos, de una cifra que supera por mucho a los rojos de base caja de los años previos.

Los números fueron publicados por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). Se trata del dato devengado, es decir de aquellos gastos (e ingresos) ya realizados, que aparecen en los libros contables, más allá de que se hayan realizado o no sus pagos. En otras palabras, muchos de esos pagos se pudieron haber pateado hacia el futuro. Por lo cual, el base caja, que es aquel que publicará la Secretaría de Hacienda durante la semana próxima y muestra la cuenta de los pagos efectivamente realizados, podría dar algo menor, siempre y cuando quede deuda flotando.

El gasto de la administración pública nacional totalizó así un rojo primario de 7,4% del PBI durante el 2020, es decir de apenas algo más que $2 billones. Cabe inferir, también, que el base caja del sector público no financiero que publicará Hacienda tiene altas posibilidades de terminar por debajo del 7% del producto. Y es que el devengado informado por la OPC terminó noviembre en 5,8% del PBI, mientras que el base caja llegó a diciembre con un acumulado de 5,1%, según las estimaciones oficiales.

El Ministerio de Economía y un déficit por debajo de lo esperado

Así, más allá del extraordinario salto que pegó en diciembre la brecha fiscal, todo parece indicar que el déficit primario del año pasado quedó muy por debajo del 8,3% que había planteado el Ministerio de Economía en el Presupuesto 2021. Por su parte, el rojo financiero, que incluye a los intereses devengados de la deuda, terminó en 9,7% del PBI.

Los números siguen siendo extraordinariamente altos y la principal explicación es la pandemia. La paralización de las actividades llevó a que muchas empresas y hogares necesitaran ingresos extra para sobrevivir y eso disparó el gasto público. A lo largo del año, más allá de que en diciembre (y ya, mucho antes, en noviembre) los pagos de IFE y ATP se frenaron, el gasto Covid-19 trepó hasta los $917.793 millones.

Es decir que sin eso el rojo primario devengado habría sido de alrededor de 4% del PBI, más alineado con la dinámica hasta 2017. Pero, además, al efecto pandémico hay que sumarle la caída en la recaudación que implica una baja del producto de entre 10% y 11% y el impacto de las medidas de alivio impositivo con la que Afip buscó achicar los gastos de las empresas. Tomando en cuenta solo la caída real de alrededor de $500.000 millones en la recaudación tributaria durante el 2020, estaría por encima del 2% del PBI y por debajo del 3%.

El dólar hoy y su relación con la dinámica fiscal

Pero el rojo fiscal efectivamente registrado tuvo un fuerte impacto también sobre la política monetaria del BCRA, al que obligó a hacer envíos mensuales récord al Tesoro. En total, durante el 2020 superaron apenas los $2 billones, es decir un número casi idéntico al rojo fiscal devengado informado por la OPC.

Esa mayor emisión monetaria fue la que terminó impactando sobre las cotizaciones paralelas del dólar, es decir el dólar blue, el Contado Con Liquidación (CCL) y el MEP. Si bien no tiene impacto directo en la dinámica inflacionaria, sí afecta a las expectativas de devaluación y, por ende, a las de las subas de precios. La gran preocupación es que, mediante las acciones de cobertura de los actores (como la subfacturación de exportaciones y la sobrefacturación de importaciones), eso puede terminar impactando en el dólar oficial, forzando una mayor devaluación. Con impacto en precios y actividad.

 

Por Mariano Cuparo Ortiz

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