Para abordar casos graves de Covid, no sólo hacen falta fármacos que traten la enfermedad: también anestésicos, analgésicos, relajantes. El año pasado, el Gobierno les puso un tope a sus precios, que se habían disparado.

Pero, mientras se negocia una prórroga de la medida, que venció en estos días, representantes de municipios, centros de salud e instituciones denuncian faltantes de esos medicamentos y aumento de precios.

Se trata del atracurio, el bromuro de pancuronio, el fentanilo, el midazolam y el propofol, considerados “imprescindibles para el abordaje de la infección por Covid-19”, como destaca la Resolución Conjunta 1/2020 del Ministerio de Salud y la Secretaría de Comercio Interior, publicada en el Boletín Oficial del 6 de noviembre.

En esa resolución se establecieron precios máximos de venta institucional de esos cinco medicamentos a los organismos de salud de los subsistemas público, privado y de la seguridad social.

La medida se había adoptado después de que las carteras sanitarias provinciales mostraran preocupación por la suba de precios de productos clave para atender a los pacientes graves de Covid.

Esos cinco fármacos en particular están “dirigidos al manejo de la sedación, analgesia y relajación muscular en un contexto de cuidados críticos en unidades de terapia intensiva para pacientes con asistencia respiratoria mecánica”, precisa la resolución, cuyo período de vigencia era de 150 días.

Ese plazo concluyó el lunes pasado. Desde el Ministerio de Salud adelantaron que el acuerdo se va a prorrogar y que están trabajando en eso.

Pero, mientras tanto, hay laboratorios que limitaron la disponibilidad, lo que se traduce en complicaciones para la compra por parte de centros e instituciones de salud públicas y privadas.

“Hay faltantes de estos medicamentos y también aumento de precios. Ya avisamos a la Superintendencia de Servicios de Salud, que está trabajando sobre el tema”, informó un vocero del Observatorio de Precios de Costos de la Salud de la Unión Argentina de Salud (UAS), organización que nuclea a la mayoría de las organizaciones de medicina privada.

La misma fuente precisó además que, de los cinco medicamentos, el midazolam, el propofol y fentanilo son los que más cuesta conseguir, en orden de dificultad.

“No sólo hay faltantes de estos medicamentos, sino que además hay laboratorios que sólo te venden si además les comprás otra cosa”, indicó una fuente del sector privado de salud y obras sociales.

Consultados por Clarín, distintos municipios del Gran Buenos Aires acusaron faltantes de estos fármacos. Uno de ellos está directamente afectado por esta carencia. Otro todavía tiene stock, pero también admite que hay dificultades para obtenerlos.

“Confirmamos que es difícil conseguir esos medicamentos, aunque por el momento no tenemos problemas de stock”, sumaron fuentes de un municipio de zona Norte del GBA, que prefirieron mantener su identidad en reserva.

Estos cinco medicamentos son elaborados en su mayoría por laboratorios nacionales. Están agrupados en la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA), con la cual este diario intentó contactarse, sin éxito.