El paso de los años muestra que las diferentes gestiones de la ciudad han sido administraciones paga-sueldos. Slogans y discursos a parte, la comuna parece no encontrar el modo de engrosar las arcas públicas y por ende, de realizar transformaciones profundas durante los mandatos.

En plena carrera electoral la interrogante vale para los candidatos a intendente de todos los espacios que además se encontrarán con una realidad compleja desde los números. Según los últimos datos, la pobreza en Mar del Plata es del 30,4% y la indigencia se encuentra arriba del 8%. Lo propio ocurre con la desocupación que fue récord a nivel país con el 8,8% devolviendole a la ciudad de “capital nacional del desempleo”. A su vez, la informalidad laboral se mantiene constante, siendo una de las aristas más complejas del entramado social. A esto hay que sumar los números de inflación, que en el corto plazo, no parecen tener destino de cambio.

La experiencia reciente marca la dependencia de Provincia y Nación que funcionan a su vez, como excusa central para la falta de obras e inversión. Con el discurso de la “herencia” cada vez más gastado y la gente en pie de guerra con la política, ninguna gestión podrá aducir no conocer de ante mano la dificultad y será tarea de cada espacio pensar alternativas para el financiamiento menos atadas a la voluntad de los sillones de Dardo Rocha y Rivadavia. 

De “la ciudad que tiene todo” al escaso derrame

Es habitual que todas las fuerzas políticas presentes en Mar del Plata aludan a la abundante cantidad de recursos y rubros presentes: turismo, puerto, parque industrial, cinturón frutí-hortícola, economía del conocimiento, entre otras, a las que posiblemente se sume la actividad off-shore. Sin embargo, dicha “riqueza” no parece trasladarse a la ciudad, algo que puede verse en los indicadores sociales antes mencionados.

A su vez, teniendo en cuentas dichos elementos y el peso electoral de la 5ta Sección y General Pueyrredon, la comuna no cuenta con diputados ni senadores nacional así como escasa o nula presencia entre funcionarios de primer orden. ¿Buscará una mayor presencia la próxima gestión?