Por: Ariel Maciel.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, buscará atemperar las expectativas inflacionarias de las empresas y aprovechará la salida de Roberto Feletti para reconstruir un clima de "confianza" ante el sector privado y, de ese modo, intentar ponerle límite a la remarcación de los precios en góndolas, por las buenas. La llegada de Guillermo Hang a la Secretaría de Comercio Interior oficiará de cambio de timón en la relación con el Círculo Rojo, a partir de una distensión de las negociaciones para constituir las canastas reguladas y avalar mayores aumentos, entre renovación y renovación, de los acuerdos. Todas palabras que se escuchan en los pasillos del Palacio de Hacienda, en donde ahora se concentra el poder del gobierno en la guerra contra la inflación.

El recambio traerá "aires nuevos", afirmaron a Letra P fuentes del Gobierno, aunque esa política deberá ser refrendada por resultados. "Se supone que hay que bajar la inflación. Los modos están sujetos a la efectividad", aclaró una fuente muy cercana a Guzmán. La política de seducción del empresariado estará puesta a prueba de manera casi constante, porque los tiempos para lograr resultados, en términos de precios, apremian al ministro de Economía. En su cartera saben que deberán presentar resultados, ante la presión del kirchnerismo por su responsabilidad absoluta en términos antiinflacionarios.

La idea de Guzmán es que el respaldo que consiguió de parte del empresariado se traslade a la cancha de los precios. Ya no será una batalla, prometen desde su entorno, sino que se transformará en un juego, en donde quiere a los empresarios con la misma camiseta puesta. Lo anticipó en el foro del Llao Llao; lo charló luego con los empresarios en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp); y lo dejó entrever en las últimas horas: la mejora de la macroeconomía es una condición para lograr la estabilidad en los precios.

"Es un técnico y eso puede ser positivo para la negociación", evaluó ante Letra P uno de los negociadores que tiene la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) sobre la asunción de Guillermo Hang en la Secretaría de Comercio, donde se define el programa de Precios Cuidados. Las empresas buscarán demostrarle al flamante funcionario que la estructura de costos de los productos que integran la canasta de los regulados hoy está a pérdida, en términos de rentabilidad, a pesar de los aumentos que avalaba Feletti.

La propuesta de Guzmán, confiaron en su ministerio, es permitir mayores remarcaciones en esos listados, pero a cambio el funcionario reclamará que se inunden las góndolas con esos productos para incrementar la oferta. Tanto en Economía como entre las empresas consideran que el Plan Feletti, de "congelamiento y apriete" no sólo "no alcanzó el objetivo de frenar las subas" sino que lo culpan de "haber generado un clima de desconfianza constante". Ese contexto, entienden, es el que disparaba las alertas de las fábricas y comercios, que remarcaban precios "por las dudas" ante un clima de incertidumbre. 

Con esa misión en mente, Hang se transformará en una suerte de canciller ante el Círculo Rojo, ya que las negociaciones ya no serán a cara de perro: ahora tendrán por objetivo "escuchar más e intervenir menos". Aunque, según trascendió, continuarán las herramientas que se instalaron con Paula Español, primero, y con Feletti, después. El nuevo secretario de Comercio fue uno de los acompañantes de Guzmán en su visita por Bariloche, recordaron algunos de los participantes del cónclave del establishment en la Patagonia.

Para fuentes oficiales, a partir del recambio de funcionarios, la implementación del fideicomiso del trigo para abaratar el precio del pan será más fluida. La presencia de un hombre que responde de manera directa al ministro de Economía es la carta de autoridad que buscan poner sobre la mesa para alinear a los jugadores de la formación de precios del pan, el producto más simbólico de la mesa de los argentinos. No se avanzará sobre mayores retenciones para desacoplar con las subas internacionales del commodity, como pedían Feletti y el Instituto Patria, pero "debe haber colaboración".