El escenario laboral es más crítico que el 13% de desocupación

El escenario laboral es más crítico que el 13% de desocupación

En la mensura sindical y de economistas la corrosión laboral va más allá del impacto que reveló el índice del segundo trimestre. Los trabajadores informales en la peor situación de la crisis

 

 

El esperable aumento de la tasa de desocupación en el segundo trimestre del 13% no alcanza a ilustrar la gravedad de la crisis Covid. La urgencia de frenar la caída económica hace al mercado de trabajo y se proyecta superando la transferencia de ingresos como medicina, apuntan organizaciones sindicales y economistas.

Para los números de abril, mayo y junio hay registros preocupantes en núcleos urbanos. La caída está relacionada con el derrumbe de las tasas de actividad a consecuencia del Coronavirus. Se verifica el mismo fenómeno en las discusiones salariales 2020, que en nivel de paritarias “para perder por poco” ante la inflación, son un dato contundente.  El “desvalor” agregado es que a la fecha se pactaron no más del 20% en comparación a 2019 año de crisis sin Covid.

La tasa de actividad pasó del 47,7% un año atrás al 38,4% actual. “En valores absolutos, la cantidad de personas inactivas se incrementó en 2.500.000, dentro del área de cobertura de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) es decir en centros urbanos que encendieron luces de alerta antes de la emergencia sanitaria”, refrendó Luis Campos, titular del Observatorio Social de la CTA Autónoma a BAE Negocios.

La mensura de desocupados se mantuvo en 1.400.000, empero la gravedad del escenario se acrecienta en que para llegar a la “definición técnica” de desocupado, esa persona tiene que haber tratado de conseguir un empleo.

El impacto de la crisis entonces se expresa mucho más desde la inactividad que desde la desocupación. La CTAA  reseñó que de 12.000.000 de personas ocupadas en el primer trimestre la cifra descendió a 9.500.000 en abril, mayo y junio.  “La caída en la ocupación se expresó en los eslabones más frágiles de la estructura ocupacional: hablamos de asalariados no registrados y cuentapropistas”, acotó Campos.

Para el sector registrado con el paracaídas de las medidas implementadas por el Gobierno la cuestión se amortiguó en rango apreciables. Sin embargo los “no registrados”  asimilaron las peores consecuencias de la crisis anterior al Covid y lo que potenció el Coronavirus ASPO incluído. En comparación a 2019 perdieron su puesto de trabajo 1.300.000 de asalariados “en negro” y alrededor de 750.000 cuentapropistas.

En tiempos de crisis o de “pandemia después de la pandemia” tener un empleo registrado pasa a tener cotización de “privilegio”, resumieron fuentes sindicales a este diario. Una cifra más les asiste en cuanto a fundamentos, si  de pérdida de trabajo se trata los registrados que perdieron su puesto, siempre en comparación a 2019 son 260.000 personas.

“La tasa de desocupación fue del 13,1% porque una parte importante de los nuevos desocupados son registrados en la estadística como ‘inactivos’. No es cuestión de cuestionar la metodología estadística pero sí de tener en claro la misma cuestión a la hora de analizar los datos en contexto y por la delicadeza del escenario analizado”, remarcó Campos.

Con un mercado de trabajo formal “entre algodones” y la franja informal creciendo progresivamente, se necesitarán más herramientas que las transferencias de ingresos.  Incluso a la hora de la puesta en marcha de la recuperación económica y laboral habrá que sortear también las restricciones externas, léase las trabas que derivan de la no existencia o llegada de dólares al mercado nacional. 

Lo reseñó así el economista y politólogo Hernán Herrera (miembro de Fundus,  docente UBA y Flacso).  “Se puede superar la crisis laboral y económica desde la meta de regresar a la situación pre-pandemia, Es decir que el punto de partida para la recuperación será malo”.

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