La exorbitante extensión de cañerías de agua que no sirven en Mendoza

La exorbitante extensión de cañerías de agua que no sirven en Mendoza

Mendoza necesita cambiar redes que, en algunos casos, tienen más de 90 años de antigüedad. Según Aysam, se requiere de un mínimo de 800 millones de dólares para que no haya más cortes. La longitud de conexiones inservibles equivale a la distancia de un viaje desde la provincia hasta Uruguay.

En Mendoza ya no hay una época específica o un sitio delimitado donde los cortes de agua potable lleven a gran parte de la población a vivir en "carne propia" las consecuencias de abrir el surtidor y que no salga ni una sola gota. Los cortes producidos como consecuencia de la baja presión y los arreglos en caños rotos -entre otras causas- ya forman parte de la cotidianidad en extensas zonas del  Gran Mendoza que dependen del servicio de la prestadora más grande; la empresa estatal de Agua y Saneamiento de Mendoza (Aysam).

Este martes por la tarde, no fue la excepción: En Capital, Godoy Cruz y Luján de Cuyo, al menos diez barrios se quedaron sin el suministro de agua potable o tuvieron una notable restricción como consecuencia de una serie de maniobras aplicadas por la prestadora con el fin de equilibrar las reservas en la planta potabilizadora de Alto Godoy. Una situación que lejos de ser un hecho aislado, deja al descubierto las falencias en la red de almacenamiento y distribución del agua potable en la provincia. De hecho, una gran parte de las cañerías y conexiones ya pasaron su fecha de caducidad hace tiempo; tienen más de 60 años e inclusive, según las autoridades a Aysam hay casos en los que las redes ya tienen 90 años, es decir, casi un siglo.

Que cientos de familias se hayan quedado sin agua durante más de quince días en la zona de la Quinta Sección de Ciudad -con todas las consecuencias que ello implica en la logística diaria de las familias- es un ejemplo concreto. Pero el agua potable escasea en las viviendas a diario, en diferentes zonas y horarios. Según los datos aportados por la propia empresa estatal (que tiene que cargo unas 400 mil cuentas) cada mes se realiza un mínimo de 10 mil obras, que por lo general, implican el corte o la restricción en el suministro. En tanto que las quejas de los vecinos de diferentes barriadas de todos los departamentos se hacen escuchar; lo mismo sucede con los cambios la circulación de vehículos que es necesario aplicar en cada comuna cada vez que se efectúa una rotura de calle.

La emergencia por la falta de agua potable en zonas con conexión a la red, recobra mayor impacto frente al calor que, pese a la cercanía con el otoño, parece no dar tregua por estas latitudes. Alejandro Gallego, presidente de Aysam calcula que para en Mendoza deje de haber cortes en el suministro de agua potable como consecuencia de la escasez a la hora de prepararla para su consumo en las plantas y la rotura de cañerías, se necesita una inversión de 800 millones de dólares. Pero además, Gallego menciona un dato no menor: destaca que en la provincia la red de distribución de agua potable tiene por lo menos 1.500 kilómetros inservibles. Se trata de una extensión equivalente, por mencionar un ejemplo, a la distancia que existe entre la Capital de Mendoza y Uruguay. 

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