Fernando Gray: "Alberto Fernández tiene que ponerse el traje de presidente"

Fernando Gray:

El intendente de Esteban Echeverría, en el Conurbano profundo, no se calla nada. La disputa interna entre el peronismo y La Cámpora. Su relación con Kicillof.

El martes 1, en el Congreso de la Nación, quedó expresada esta especie de Era del Vacío que viene condicionando la política argentina. Noticias de la jornada: ausencia de Máximo Kirchner en su banca de diputado (raso, ahora); ausencia de La Cámpora en la plaza, donde sí estaban los movimientos sociales, las tropas de varios intendentes y algunos gremios representativos de la CGT; ausencia de palabras (y gestos de sobra) por parte de la vice, CFK; ausencia de los opositores del PRO, que se fueron ofendidos del recinto.

De eso y de cómo está viviendo su relación con el poder hablamos un buen rato con el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray.

Es un oficialista crítico, que se auto percibe “independiente”, cosa rara en un “peronista de Perón” cuando gobierna el justicialismo, tanto en el país como en la provincia.

-El presidente del PJ bonaerense se convirtió en la principal piedra en el zapato de un Presidente de la Nación peronista. ¿Cómo creés que debe entenderse este conflicto?

- Máximo (Kirchner) está representando a La Cámpora, no está representando al peronismo y eso es un grave problema, porque el peronismo no es La Cámpora. Acá no confluye todo el peronismo en la matriz ideológica de La Cámpora. Ahora bien: el Presidente tiene que ponerse el traje de presidente. El que fue elegido para conducir es el presidente, sobre todo en un sistema presidencialista. Y también cabe para el gobernador y para el intendente…

-Suena fuerte decir que Alberto Fernández no se está poniendo los pantalones de presidente…

-Yo digo que tiene que tomar el mando de la Presidencia definitivamente. Esto no significa romper con nadie ni pelearse con nadie. Pero cuando vos ocupás un cargo ejecutivo, empezás a construir el poder propio.

Cuando yo gané por primera vez en el municipio, de los 22 concejales tenía 4. ¿Qué poder propio tenía? Nada. Tuve que ir generando confianza, lazos y demás hasta que te vas consolidando. Hoy tengo 17.

Esa construcción es indelegable. En su caso, debe hacerla el Presidente de la Nación. La construcción política es el vínculo con la sociedad. Desde lo gestual, incluso. Vos sabés mucho de esto, Edi: lo gestual es muy importante, es cómo te ve todo el país.

-¿Te sentís escuchado y conducido por Axel Kicillof?

-A ver… Tengo una buena relación… Con todos los ministros y las ministras hay un ida y vuelta interesante. Ahora: pasan cosas extrañas y lo tengo que decir. Ejemplo: todos los años, tres meses antes de hacer el presupuesto nuestro de Esteban Echeverría, le pido una reunión al gobernador o gobernadora de turno para ver qué va a hacer la provincia y qué pienso hacer yo, para compatibilizar los presupuestos; un trabajo básico de coordinación que hice con todos, porque me ha tocado se oficialismo y oposición, hemos coincidido más o menos, pero necesito organizarme como estructura municipal… Esta es la primera vez que no me pude reunir con el gobernador.

-¿Por qué?

-Porque no me recibió. Pero no es que no me recibe a mí. Cuando no recibís a un intendente, estás diciendo algo muy profundo: “No escucho a 370 mil habitantes. Yo soy una circunstancia, mañana puede ser otro. Un gobernador no puede dejar de escuchar a un intendente, es su función como gobernador, es como si yo decidiera no escuchar a los vecinos de tal o cual barrio. Puedo coincidir más o menos, pero bueno: es una forma, digamos, extraña de ejercer el gobierno la de Kicillof.

-Un gran problema en el Conurbano es la inseguridad… ¿Cómo se vive desde una intendencia la pelea constante de Sergio Berni con Aníbal Fernández, como antes con Sabina Frederic?

-En el fondo, es el mismo problema. Los ministros no son entes autónomos, son subordinados de sus conductores políticos. Si se pelean, es porque sus jefes no les ponen límites ni les dicen que se enfoquen en lo que tienen que hacer.

Vale insistir: Gray no es un opositor. Es un peronista que sabe cómo funciona el peronismo. Y, al menos a su juicio, no está funcionando nada bien.

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